La Zamora rural volvió a confraternizar con la Guardia Civil, el cuerpo de seguridad más cercano y presente en los pueblos. En todas las comarcas ha estado presente el reconocimiento a los agentes, renovado en este Día de la Patrona con todo el esplendor y después de los duros años de pandemia.
El capitán de la compañía de la Guardia Civil de Puebla, Ismael Flórez, daba la bienvenida a las autoridades civiles y vecinos que participaron en la recepción en el cuartel de la villa. El capitán Flórez trasladaba su deseo de que “cada año venga más gente y nos integremos más entre el pueblo. Somos a los que servimos y no queremos estar como en un gueto ni ser personas ajenas a la realidad de nuestros pueblos”.
El responsable máximo de la compañía de los cuarteles del noroeste de la provincia hacía balance de los dos años de pandemia “que nos han separado tanto a nivel personal como a nivel institucional. Esto ha sido un duro golpe para la sociedad y para todos. Creo que se ha roto ya ese maleficio. Este verano lo hemos notado en las fiestas de los pueblos, en las actividades que organizaban todas las asociaciones, los ayuntamientos, las pedanías. La gente tenía ganas de celebrar”.
El capitán de Puebla reflexionaba sobre las consecuencias de la pandemia “se nos ha cortado un mito, que antes pensábamos que éramos mucho más y nos creábamos muchos más problemas y ahora queremos disfrutar más de la vida. Hemos visto que no somos tan importantes y que somos bastante limitados”.
Los agentes y mandos de la compañía en formación entonaron el himno del a Guardia Civil, acto que culminaba los actos castrenses del día de la Patrona de Cuerpo.
La festividad de la Virgen del Pilar comenzaba pasadas las doce y media en el templo de Nuestra Señora del Azogue de Puebla, donde autoridades civiles, alcaldes y diputados, vecinos y familiares de los agentes asistían a la misa en honor a la Virgen del Pilar. La estatua del Pilar que gobierna la entrada al recinto del acuartelamiento ocupó ayer lugar destacado en el altar del Azogue.
El Teniente de la Compañía, Eladio Gijón, daba lectura a la admonición de bienvenida recordando que la patrona de Hispanidad es para el Cuerpo “parte de su identidad y de su vocación de servicio”. En nombre de los integrantes de la Benemérita y sus familias “nos dé su ayuda para seguir cumpliendo con decisión y heroísmo el servicio que prestamos a nuestra patria”.
Los hijos de los guardias protagonizaban la entrega de las ofrendas al párroco, Agustín Rubio, bajo las miradas atentas y de complicidad de padres y vecinos. En el momento de la consagración las gaitas entonaron el himno nacional que recibió un tímido aplauso.
Con la entrega de una corona de laurel a los pies de la estatua del Pilar se rendía homenaje a los Guardias Civiles caídos en acto de servicio y la entonación de “La muerte no es el final”. Finalizaba la ofrenda con la lectura de “Lo demandó el honor y obedecieron”.
Los cuarteles de Lubián, Villardeciervos, El Puente de Sanabria y Mombuey festejan a su patrona, con la misa y un aperitivo para vecinos y representantes locales. En Mombuey, los actos comenzaban a las doce para recordar a los agentes “tanto en activo como retirados” como recordaba el párroco José Antonio De la Fuente en el recibimiento a la asamblea.
Fermoselle trasladó por primera vez los actos del Día del Pilar a la Plaza Mayor, donde tuvo lugar el izado de la bandera donada por el teniente coronel jubilado José Barreña Díez, hijo del pueblo. “Lo más importante es el ciudadano, su seguridad, su bienestar y el respeto a la ley” destacó sargento comandante del Puesto de la Guardia Civil de Fermoselle, quien incidió en la “vocación de servicio, desde el alcalde hasta el vecino del pueblo más recóndito”.
Los agentes de la Benemérita estuvieron arropados por los representantes municipales de Fermoselle, Villar del Buey y Fariza, además de numerosos vecinos. El alcalde de Fermoselle, José Manuel Pilo, destacó el “compromiso de la Guardia Civil con los ciudadanos, compartiendo valores inquebrantables, siempre al lado de los ciudadanos”. Pilo recordó los “duros tiempos de la pandemia, cuando una vez más supieron estar a la altura de las circunstancias”.
Venialbo fue otro de los pueblos de la provincia que se sumó a los actos de la Virgen del Pilar con el tradicional izado de la bandera, protagonizado por Madelis Palma, venezolana afincada en Venialbo, que este año consiguió la nacionalidad española.
Desde la comarca de Aliste, Alcañices y los pueblos de la zona arroparon a la Guardia Civil en la fiesta de su patrona. La localidad fronteriza volvió a confraternizar con los agentes portugueses, con los que mantienen una estrecha colaboración, así como representantes de la Policía Nacional que mantiene un puesto en la villa.
