La Opinión de Zamora

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El secreto del convento de San Francisco

El investigador José Enrique Lobato rastrea el pasado del templo, con una fecha de fundación dudosa y una historia intrincada

El autor del estudio, el sanabrés José Enrique Lobato Colino. | A. Saavedra

El sanabrés José Enrique Lobato Colino ha realizado un estudio sobre los antecedentes históricos del Convento de San Buena Ventura de San Francisco, uno de los edificios monumentales menos conocido de Puebla de Sanabria.

Un estudio realizado con todas las precauciones posibles, ya que ha sido la falta de documentos exactos los que han impedido corroborar la implantación del convento y la aparición de las órdenes religiosas “de componente religioso y social, destacando los movimientos de pobreza voluntaria, una característica básica de los francisco”.

Aún así, el convento debió estar abierto desde 1777 a 1836, unos 59 años. Además del convento y la iglesia había varias casas cercanas propiedad de la orden.

“Parecer ser que debió de haber hasta tres cofradías en Puebla, la de Las Ánimas en San Pedro, la de la Vera Cruz y ésta en San Francisco”, señala el historiador.

Un rastro casi perdido

El convento, de acuerdo a los datos de Colino, data de 1762 en Sanabria por Lucas de Aguilar Ossorio, referencia de una de las tumbas. En el dintel de la puerta de la iglesia figura “ESTA VGLESÍA HIZO EL DDO DN LVCAS DAGUILAR OSSORIO POR SU EVCANO”. La fecha, aunque dudosa, queda situada en 1762.

Además, entre los documentos figura una carta de benefactores de 1777, el documentos oficial en el que el guardián del convento de San Buenaventura legitima la ayuda otorgada por Thomas Fernandes y Ana Ballesteros al convento.

Durante la desamortización de Mendizábal en 1836, las viviendas de los sacerdotes se pusieron a la venta tal vez por ese proceso abierto por el estado.

En el Boletín Oficial de Zamora de 1846 figura un anuncio de arriendo de la huerta y cercado. En febrero de 1846 se efectúa un proceso judicial contra un vecino de Sejas de Sanabria por el robo de efectos en el convento.

José Enrique Lobato apunta a que desde 1836 “el convento pierde sus funciones, convirtiéndose en cárcel” a tenor de la información “presente tanto en el boletín como en el plano de Francisco Coello hasta 1863”.

Francisco Coello de Portugal Quesada (1822-1898) es cartógrafo e ingeniero militar y quien levanta un plano del proyecto de carretera Benavente-Mombuey, así como los viejos puentes de la villa y pasos francos de la época, todo ello recopilado en “Atlas de España y sus posesiones de Ultramar” 1847-1870.

Una nueva vida para el templo

En 1921 el establecimiento del centro docente supone el rescate del edificio, con las aportaciones para su mantenimiento, cuando ya estaba en ruinas. Las obras y el mantenimiento del colegio se hicieron por suscripción pública en Sanabria y Carballeda. Destaca la aportación del pueblo de Terroso, en torno a 400 pesetas, un buen capital dada la época.

El claustro pasa a ser lugar de enseñanza de niños, varones, de la comarca ofreciendo estudios durante posiblemente un periodo de dos años. Cumplido ese periodo de formación los jóvenes debían, si querían continuar, desplazarse a Zamora o A Mezquita.

Se formaron en sus aulas una lista de ilustres personajes y grandes figuras que, como consecuencia de la Guerra Civil, serían beatificados por el Papa Benedicto XVI, en 2007, con especial mención al beato agustino Claudio Julián García San Román.

En 1982 el edificio del convento pasa a Patrimonio del Estado, siendo hoy centro de cultura y educación de referencia para Puebla de Sanabria, donde se conoce cada día más sobre su pasado.

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