La localidad de Pozuelo de Tábara recuperará definitivamente la mascarada de invierno del Tafarrón tras el duro golpe que supuso la suspensión de la ancestral tradición en 2020 a causa de la crisis sanitaria global originada por la pandemia del COVID.

Una vez que la mayor parte de la población rural ya está vacunada y que ha mejorado la situación, se ha optado por recuperar la fiesta que, no obstante, se suspendería caso de volver a empeorar las situación obviamente.

La asociación cultural Tafarrón y Madama y la juventud del pueblo ya han comunicado oficialmente que han “decidido celebrar el Tafarrón este año”, que no obstante, se reducirá a solamente dos días, el 25 de diciembre, Navidad, y el 26, San Esteban. Los participantes han asegurado que “se tomarán las medidas preventivas necesarias para garantizar la seguridad de todos los vecinos y asistentes en todo momento”, dejando muy claro que “la celebración se cancelará en caso de encontrarnos con un panorama sanitario de riesgo o si las autoridades sanitarias los exigieran”.

El Tafarrón de Pozuelo es una de las mascaradas de invierno que se ha mantenido hasta la actualidad todos los actos, tanto los profanos como los religiosos. En total participan 12 personajes repartidos en tres grupos diferentes, con lo cual cada uno cumple un ciclo de tres años: el primero, cuatro jóvenes se presentan como entrantes, cuando convierten en los encargados de portar en andas a San Esteban en la procesión del día 26 de diciembre. El segundo año pasan a ser mayordomos y organizadores de la función. Finalmente el tercero año y dependiendo de su fortuna, serán Tafarrón, Madama o Alcaldes.

La primera novedad este año es que los 12 personajes cobrarán vida gracias a voluntarios –repetidores– que ya los han representado otros años.

La convidada a chocolate y bizcochos que tradicionalmente ofrecen el Tafarrón y la Madama cada día 7 de diciembre –la víspera de la Inmaculada Concepción– no se celebrará para evitar aglomeraciones. Normalmente tenía lugar en el salón municipal del Tafarrón.

El 25 de diciembre sí se mantendrán las tradicionales vigilias en latín y los vivas. En el día grande del 26 de diciembre se mantendrá la costumbre de visitar desde el amanecer una por una todas las casas del pueblo para desearle felices pascuas a todas las familias de Pozuelo de Tábara. La tradición manda que el Tafarrón y la Madama entren a la cocina a dejar los mejores deseos y tomarse algo a las cocinas de los vecinos, a los que los alcaldes seguirán después. Este año para evitar riesgos y evitar los lugares cerrados los miembros de las familias habrán de salir a la puerta.

La iglesia parroquial de San Juan Bautista acogerá la santa misa donde no se ofrecerá al último recién nacido como signo de perpetuidad por el Tafarrón por cuestiones obvias. Antes de la misa también tendrá lugar la procesión, abierta como siempre por el Tafarrón y la Madama.

La tarde de San Esteban son populares las votaciones, que quedan suspendidas. Y es que esta tradición consiste que cuando un vecino pronuncia “voto por fulano de tal” el Tafarrón y la Madama salen a la carrera tras la persona nombrada a pillarla. Dado que la gentes se colocan en filas y puede haber contacto físico quedan suspendidas las votaciones. Este año tampoco habrá verbenas nocturnas con las típicas orquestas.

San Juan de Navidad no contará este año con las suertes, donde se procedía al sorteo entre los mayordomos para ser Tafarrón, Madama o Alcaldes.

Se mantienen en vigor el resultado de las suertes celebradas en diciembre de 2019 y dado que en 2020 no hubo mascarada y en 2021 estará limitada y será encarnada por repetidores, los elegidos entonces podrán cumplir su sueño el 25, 26 y 27 de diciembre de 2022:

Entonces, Javier Clemente Ferrero dará vida al Tafarrón y Rodrigo María Tomás a la Madama, ambos residen en Pozuelo y Zamora. Las Alcaldesas serán por su parte Elena González Becerra que reside en Sevilla y María Menéndez Gago que lo hace en Madrid.

Los entrantes de 2019 serán los Mayordomos: Carlos Muñoz González, Javier Casado Hernández y Álex Carro Cortabarría, los tres con raíces en Pozuelo de Tábara pero residentes en Guipúzcoa.

El invierno del Tafarrón

La Asociación Cultural Tafarrón y Madama, nacida para mantener viva la tradición está cumpliendo sus objetivos y cuenta ya con 341 socios, duplicando al número de vecinos. Todos los que un día emigraron y sus descendientes mantienen una relación permanente con Pozuelo.

La Junta Directiva la componen Ángel Haro (presidente), Mario Román (tesorero), José Manuel Carretero (secretario) y Sandra García, Unai Fernández, David Domínguez, Gorka Asenjo y Mari Mar Pérez (Vocales).

Pozuelo fue uno de los pueblos mas importantes de la comarca natural de Aliste, Tábara y Alba a nivel poblacional alcanzando su momento de mayor esplendor nada más terminar la Guerra Civil, cuando contaba con hasta 531 habitantes en 1940. Fue una de las localidades donde primero dio comienzo el éxodo rural hacia las ciudades y ya en 1950 había bajado a 526, manteniéndose estable hasta 1960 con 505 residentes.

A partir de ahí comenzó el descenso galopante. Solo en la década de los sesenta emigraron 117 personas (388) y en los setenta 65 (323). En 2005 había 205 empadronados pero en 2006 se superó la barrera de los doscientos (a 190). En la actualidad hay 154 vecinos de los cuales 79 son hombres y 75 mujeres.

Uno de los problemas llegó con la falta de recambio generacional: hoy día solamente hay 11 menores de 20 años, mientras que 90 vecinos tienen mas de 50 años. Independientemente del padrón, la verdad es que a la hora del Tafarrón la colaboración ha sido máxima tanto de los residentes como hijos de los emigrantes.

Entre los fines de la entidad destacan los de gestionar y colaborar en todo lo relacionado con la mascarada de invierno del Tafarrón de Pozuelo de Tábara: mantenimiento, difusión, divulgación, restauración y conservación de vestuario, actuación y designación de los personajes, sin perjuicio de la intervención de las autoridades locales y de otras asociaciones del pueblo con el los mismos fines.

Así mismo se trabaja en el estudio y recopilación de las costumbres y tradiciones históricas de la localidad para su conservación o recuperación, en su caso de la posterior divulgación. Digna de alabar su labor de fomentar la hermandad entre los emigrados y residentes a través de la realización de semanas culturales en verano, así como promover el interés de los vecinos por su cultura en todas sus facetas. Además, colabora en la conservación del patrimonio artístico de Pozuelo de Tábara.

Antiguamente en la mascarada se desarrollaban actos durante cinco días de diciembre: el día 7 era la convidada de chocolate y bizcochos, el día 22 tiene lugar el arranque de la encina para traer leña para la casa de la función, el día 25 son las vigilias, el día 26 es San Esteban y 27 se finaliza con San Juan de Navidad.