La celebración de San Martino en Mombuey recompensó a los carballeses, tras un año sin celebraciones por la pandemia, con un mercado anual cargado de ajos y acompañado de veranillo y más público del esperado. En el interior del templo de Santa María celebró el acto central religioso en recuerdo San Martín de Tours “un santo de contradicciones” que eligió una vida de eremita “pero que siempre estuvo rodeado de gente”. Aunque se le recuerda por su generosidad cuando cortó su capa para abrigar a un pobre “hizo mucho por la iglesia de Francia” en palabras del oficiante. 

Y generosa fue la feria con más puestos de productos de los que se esperaban procedentes de la tierra de los Valles y Tierra del Vino, la zona de La Bañeza leonesa e incluso de Orense. El catálogo ofertado abarcó desde la gama de ajos hasta árboles frutales para plantación. Los precios como en todas las ferias, para todos los gustos y bolsillos. Un mercadillo completo con ropa, calzado, menaje del hogar, herramientas y ganas de gastar dinero. 

Misa en el templo de Santa María de Mombuey. | A. S.

La valoración tanto de compradores como vendedores fue muy positiva porque este año no se han prodigado las ferias. Uno de los vendedores de La Bañeza con ajos y frutos secos de Quintana del Marco “es la segunda o tercera feria porque no ha habido mucho respiro. La feria está siendo buena porqueparece que la cosa –en el aspecto sanitario- parece que va mejor”. En esa zona este año “hay poco ajo” y los precios “razonables”. 

Vendedor de cebollas. | A. S. Araceli Saavedra

Para los compradores “ha sido un mercado muy completo con cantidad de productos de la zona”. Mombuey además ha sido este jueves “un lugar adecuado para vender. Ha habido oferta y demanda”. Los ajos de Cuelgamures –de Tierra del Vino- llamaron la atención y en particular el puesto de Florencio Lorenzo. La cosecha de ajo ha sido buena aunque unas lluvias a pocos días de la recogida afearon el color del ajo “que no su calidad”. 

“Si no vienes a San Martino parece mal” afirmaba una vecina de Villanueva de Valrojo para no faltar a la cita con la plaza. Los precios de los ajos oscilaron entre el euro el kilo a los 18 euros para las ristras más completas y llamativas. 

Puesto de frutas y verduras en un día muy soleado. | A. S.

Para Adolfo Vázquez Fernández residente en Langreo, aunque casado en Mombuey, esta fue su primera feria de exposición de sus trabajos en madera y por “compromiso” por si eran pocos los vendedores que se desplazaban hasta la plaza de la Iglesia, por suerte su “relleno” fue meritorio especialmente con un cuadro tallado en madera con el alzado de la notoria iglesia de Santa María de Mombuey. Desde los 13 años este asturiano de Mieres se dedicó a la madera aunque “el convenio del corcho y la madera era el más bajo y lo dejé a los 20” para subirse a un camión. 

Marcos Llamas tomó el relevo familiar por un día en el puesto de Mombuey para no romper la tradición de su abuelo y ahora de su padre desde Santibáñez de Tera. Las ristras de cebollas de buena presencia y de un kilo de peso de media cada ejemplar enristrado hacía las delicias de las miradas. La cosecha sigue siendo familiar y cuando menos “el mercado está muy animado y el día está despejado” y con temperaturas generosas de hasta 18 grados “que cuando yo salí estábamos a -4 grados”.