En la tarde del 3 de mayo de 2018 Leticia Rosino Andrés, de 32 años, salió de su casa a dar un paseo por los alrededores del pueblo al que se había mudado junto a su novio David, Castrogonzalo, pero nunca volvió. En su camino se cruzó con un joven de 16 años que, tras violarla, decidió acabar con su vida a sangre fría.

El menor fue condenado a 8 años de reclusión, y al cumplir la mayoría de edad pasó del centro de menores Zambrana, de Valladolid, a la prisión de Topas, en Salamanca, donde saldrá a los 24 años, ocho menos de los que tenía Leticia cuando le arrebató la vida.

Ayer, en el tercer aniversario de su muerte, la familia de Leticia Rosino, a través de la fundación que lleva el nombre de la joven, ha querido reabrir el debate sobre una reforma penal para endurecer las condenas por los crímenes más graves, como asesinatos o violaciones, aunque los perpetradores sean menores de edad. “¿Cuánto vale una vida humana? ¿Qué valor tiene?, para mi incalculable. Se juzga a un asesino y la sentencia es ridícula (sobre todo si es menor de edad), unos pocos años de cárcel y ya está, privado de libertad, sí, pero disfrutando de todas las comodidades”, han expresado a través de las redes sociales de la fundación. “La ley contra la violencia de género debe endurecerse y adecuar la sentencia con el daño ocasionado a la víctima, y que no justifique el que sean menores de edad. Cambio de la ley del menor ya.”, concluye el mensaje.

La Fundación Leticia Rosino fue creada para honrar la memoria de la joven asesinada y para conseguir un cambio en la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores, más conocida como la “Ley del menor”. La llama de esa lucha se prendió el domingo 27 de mayo de 2018, cuando más de 3.000 zamoranos recorrieron las calles más céntricas de la capital de provincia arropando a la familia de Leticia Rosino Andrés en una manifestación en su memoria que estaba encabezada por la pancarta que rezaba “Lety, tu sonrisa es nuestra fuerza”.

Desde el primer momento su causa contó con el apoyo de familiares de otras víctimas de asesinatos, como la de José Manuel Gutiérrez García (muerto el 27 de diciembre de 2017 en Medina del Campo) o la de Sandra Palo Bermúdez, asesinada en Madrid el 17 de mayo de 2003 por dos menores y un mayor de edad.

La familia de Leticia Rosino también llevó esta causa hasta el Congreso de los Diputados cuando se manifestaron a favor de la prisión permanente revisable y del cambio de la ley del menor junto a plataformas surgidas a raíz de otros crímenes similares.

La Fundación Leticia Rosino se manifiesta en Madrid.

Tábara, el pueblo zamorano que vio crecer a Leticia Rosino Andrés, también ha mostrado en multitud de ocasiones el dolor por la pérdida de una vecina muy querida y respetada en la villa, que estaba muy implicada en la vida cultural de la localidad, así como el apoyo incondicional de toda la población a la familia y al novio de “Lety”.

Tres años sin Leticia Rosino

El auditorio de música de Tábara llevará siempre el nombre de Leticia Rosino . Este espacio fue inaugurado en marzo de 2019 con un concierto en homenaje a Leticia de la banda de música Nacor Blanco, que contó con la asistencia de Vicente del Bosque. Además, el público pudo repasar los momentos más felices en la vida de la joven con un emotivo montaje de fotografías con su canción favorita, que presentó su novio, David Alonso. En mayo de 2019, un año después de la muerte de Leticia, Tábara acogió una gran feria en honor de la joven en la que la fundación recabó apoyos para el cambio de la ley del menor. Dos meses después el pueblo de Castrogonzalo organizaba una carrera en memoria de Leticia Rosino.

La llegada de la pandemia del coronavirus en 2020 ha frenado la organización de este tipo de actividades, pero la Fundación Leticia Rosino sigue trabajando detrás de los focos para conseguir ese cambio legislativo que imponga unas penas más duras a los menores de edad que violan y asesinan.