El derrumbe de la tapia del cementerio de Cobreros cortaba la carretera a Santa Colomba de Sanabria y sorprendía a los vecinos que a primera hora de la mañana circulaban por la zona.

A lo largo de la mañana los operarios restauraban la circulación, tras retirar piedras y tierra. La principal incidencia a los largo del día fue la caída de tapias y de árboles, en un día casi de tregua que sucedió a una noche de lluvias muy fuertes.

En Escuredo, la carretera permaneció cortada durante la mañana, hasta que bomberos y efectivos del parque de la Diputación despejaban un corrimiento de tierras que cortó el acceso al pueblo, rápida intervención , junto con la Guardia Civil, que agradecía el alcalde de Rosinos, Emilio Lorenzo.

Los vecinos de Ribadelago vivieron la noche del jueves al viernes con preocupación al subir el cauce hasta el punto de cubrir un par de tramos en la carretera del Pueblo Viejo.

El río Tera se mantenía ayer en alerta aunque acusando la tregua de lluvia. El nivel descendió ligeramente, tras los 2,94 metros y un caudal de 174,25 metros cúbicos por segundo del jueves, a 2,85 metros y los 155,65 metros cúbicos por segundo a las cinco de la tarde de ayer, según los datos de Confederación Hidrográfica del Duero. A las dos de la mañana alcanzaba el máximo caudal con 872,20 metros cúbicos por segundo.

La tregua se reflejaba en la pluviometría que de 119,8 litros por metro cuadrado del día anterior descendió a 11,4 litros por metro cuadrado. El río Tera en Puebla mantiene la atención de los vecinos que no pierden de vista las oscilaciones del cauce. El pantano de San Esteban de Porto, en el cauce del Bibey, soltaba agua por los aliviaderos, al igual que los presas del sistema Moncabril al límite de su capacidad, un agua que contribuía a aumentar el nivel del Lago, que crece casi tres metros.