Villalpando celebró ayer el centésimo cumpleaños de Dolores Herrero Núñez, una mujer muy querida en la villa terracampina, hija del panadero Benigno Herrero y de Dolores Núñez, y hermana del sacerdote misionero Leoncio Herrero Núñez, ya fallecido. Aunque tras casarse la vida llevó a Lola a emigrar a Madrid, siempre ha tenido a Villalpando en su corazón y por eso su marido y ella regresaron al pueblo para pasar su jubilación. En la capital pudo criar a cuatro hijos varones: Antonio, Gil, Gregorio y Manuel, que le han dado ocho nietos y cinco bisnietos. Una ocasión tan especial merecía ser celebrada en familia, con algunos miembros llegados desde la otra punta de España, y su hermana pequeña, de 92 años.