Otilio Vega retorna a su pueblo. El fotógrafo que vio la luz el 20 de febrero de 1918 en Aspariegos está presente durante este verano en la memoria de sus paisanos a través de una exposición sobre escenarios, oficios, rostros y modos de vida captados con su objetivo, en lo que constituye uno de los testimonios gráficos fundamentales de la Zamora del siglo XX.

Entre el legado fotográfico - en su conjunto reúne unos 450.000 documentos entregados en 1988 por su sobrina Julia Domínguez a la Filmoteca de Castilla y León-, ocupan un espacio especial las imágenes tomadas por Otilio Vega en Aspariegos, a su pueblo y a sus gentes. El pastor vestido con la señera capa, el zapatero, los trabajadores alquitranando la carretera, la telefonista, las lavanderas... La cámara de Otilio Vega rescata el dinamismo de Aspariegos, de los oficios artesanos y la memoria de un pasado tan desconocido y sorprendente para las nuevas generaciones como vivo entre los mayores.

El enfoque sobre su pueblo es solo una parte de la colección durante meses expuesta en el Museo Provincial de Zamora y ahora enriquecida en Aspariegos con cuatro vinilos instalados en las ventanas de la sala de exposiciones, con la imagen de Otilio Vega y escenas de la vida cotidiana. La exposición "Imágenes del trabajo en Zamora. 1952-1968" permanecerá en el Ayuntamiento de Aspariegos hasta el 30 de septiembre, en horario de 10.00 a 12.00 horas por las mañanas, de 19.00 a 20.30 horas por las tardes; y de 12.30 a 14.00 horas los fines de semana.

Inaugurada la semana pasada, contó con la presencia de la alcaldesa de Aspariegos, Ana Teresa Talegón, la jefa del Servicio Cultura de la Junta, Pilar Alonso, la directora de la Filmoteca de Castilla y León, Maite Conesa, y la fotógrafa Julia Domínguez, sobrina de Otilio Vega, recopiladora y conservadora de su obra.

Tras las muestras en Salamanca y el Museo Provincial de Zamora, la obra de Otilio Vega vuelve al origen, al pueblo donde Daniel Vega y María González crearon una familia que duró un suspiro. El año de la peste se llevó por delante a la madre cuando el pequeño Otilio aún no tenía cuatro meses. El posterior matrimonio de su padre con Antonia, hermana de la madre, resolvería la orfandad del niño que siempre defendió la existencia de dos madres y situó a su pueblo de Aspariegos entre el abundante trabajo fotográfico realizado en Zamora y las comarcas de Tierra de Campos, Sayago y Aliste.

Un oficio inculcado por un fotógrafo al que conoció durante su cautiverio en la cárcel de San Marcos de León durante la Guerra Civil. Tal fue la huella que dejó en él aquel profesional que tras el conflicto y cuando ya se había casado con Virginia Domínguez, acudió a León en busca del aquel hombre que le inculcó el gusanillo. Y aquello fue el inicio de una carrera fructífera que posibilitó el retrato de una época gracias al infatigable trabajo de uno de los fotógrafos fundamentales del siglo pasado en Zamora.

"Otilio Vega -fallecido en 1988- está muy presente en Aspariegos, todo el mundo guarda en sus casas fotos hechas por él y mucha gente le recuerda perfectamente" declara la alcaldesa, Ana Teresa Talegón. Consciente del "inmenso legado" dejado por este hijo del pueblo, está en el ánimo del Ayuntamiento tributar un homenaje que inmortalice su memoria. Puede ser en forma de una placa en la casa donde vivió, La Rinconada en la calle La Solana, o dando el nombre a la propia calle. "Tendremos que hablarlo y concretar, pero sí queremos que se reconozca el trabajo impresionante realizado por un hijo del pueblo que retrató la sociedad de una época y no permite ver la evolución que hemos tenido" argumenta la regidora de Aspariegos.