La actuación del vallisoletano Luguillano en la tarde de ayer fue lo que nunca querríamos ver en un coso taurino. No sólo es que estuviera apático y sin decisión, pensando en que sus novillos eran elefantes de 700 kilos, sino que además, cosa más grave en un director de lidia, a partir de la muerte de su segundo novillo se olvidó de su papel de director de lidia sin tan siquiera salir a auxiliar a sus compañeros cuando tenía esa obligación. Estuvo a punto de provocar un altercado ya que los gritos de los espectadores, encendidos por la pasividad y la abulia del torero pucelano, enfadaron al respetable que supo en gran medida comportarse a pesar de lo visto.

El torero salmantino Domingo López Chaves fue por el contrario el responsable de una actuación sobria y digna. Saludó a sus dos enemigos con largas cambiadas de rodilla. Toreó a la verónica mejor en el segundo que en el primero. Inició sus dos trasteos rodilla en tierra y sobre todo en el segundo de los novillos, un precioso berrendo típico de esta ganadería, que cuajó buenas series tanto con la derecha como con la izquierda. Si en su primero no estuvo muy acertado con el estoque (rompió el acero al entrar a matar), en el segundo estuvo más acertado y cobró una buena estocada. Esta actitud tan positiva supo calmar los ánimos de los espectadores que en el toro anterior habían mostrado su enfado.

El novillero Damián Castaño, que reaparecía después del percance sufrido hace quince días en Madrid, estuvo muy en su papel de novillero con tandas por la derecha y por la izquierda, mirando al tendido y con desplantes de rodillas. Lo peor fue la espada con la que estuvo muy desacertado. Como desagravio a la actuación del primer matador Damián Castaño toreó el sobrero queriendo triunfar por lo que saludó, rodilla en tierra, a su oponente. Después de brindar al público toreó con gusto pero nuevamente la espada le jugó una mala pasada.

Plaza de toros portátil de Fermoselle. Festival taurino sin picadores.

Un poco más de media entrada en tarde muy agradable.

Cinco novillos de don José Luis Rodríguez López (Valrubio). Cuatro para los matadores y uno para el novillero. Al final se lidió el sobrero por parte de Damián castaño.

David Luguillano: Pitos. Gran bronca.

Domingo López Chaves: Oreja. Dos orejas.

Damián Castaño: Oreja. En el sobrero gran ovación.

Presenció la corrida el presidente de ña Diputación de Zamora.