La mancomunidad de La Guareña está dividida ante la propuesta de adquirir y poner en marcha los servicios de un tanatorio móvil compartido por los quince pueblos que la conforman. Mientras unos ven solo bondades otros lo creen perjudicial. Así las cosas, de los quince municipios que componen la Mancomunidad de La Guareña (Argujillo, La Bóveda de Toro, Fuentesaúco, Guarrate, Villabuena del Puente, Villaescusa, Vadillo, Castrillo, El Maderal, San Miguel de la Ribera, El Pego, Cañizal, Vallesa de la Guareña, Olmo de la Guareña y Villamor de los Escuderos), al menos cuatro de ellos han mostrado su oposición al tanatorio móvil: Argujillo (que tiene tanatorio propio, al igual que Fuentesaúco), San Miguel de la Ribera, Castrillo y La Bóveda de Toro, donde los dos concejales del PP se quedaron solos en defensa del tanatorio, ya que de sus socios de gobierno de IU, uno de ellos abstuvo y el otro votó en contra, además de la oposición de los tres concejales del PSOE.

El tanatorio móvil consiste en un inmenso camión que, dependiendo de las necesidades de los ciudadanos, se desplaza a un municipio u otro para los velatorios de los difuntos. La idea del tanatorio móvil ha surgido de la Junta de Castilla y León, que intenta con ello poner en marcha una experiencia piloto en la región, para lo cual aporta el 70% del valor del camión, quedando el restante 30% para los municipios, pudiéndolo aportar "a escote", dependiendo del número de vecinos, o arbitrando alguna fórmula (como parece ser el caso en La Guareña) para aportar esa cantidad sin coste alguno para los municipios.

253.000 euros

El coste del vehículo es de unos 253.000 euros (52 millones de pesetas), de los que la Junta aportaría unos 180.000 euros (30 millones) y los municipios el resto. Una empresa particular gestionaría el servicio. Por el momento, la empresa Interpiramid S. A. es la que ha optado a la construcción del vehículo.

Clemen Valle, presidente de la mancomunidad y ex alcalde de El Pego, considera que se está manipulando el tema, ya que se habla de un coste para los ayuntamientos a razón de 3,5 euros por vecino y año, cuando, según su opinión, ésa es una de las cuatro opciones que se pueden dar, pero no la única, ya que «esta presidencia no le cobrará nada a los ayuntamientos, ésa es nuestra opción». Según Clemen Valle, los ayuntamientos no tendrán que aportar ningún dinero, ya que ese 30% que deben aportar los ayuntamientos podría satisfacerse con las cuota que la empresa que se quede con la gestión del tanatorio móvil debe aportar por quedarse con el servicio. Solamente deberá abonarse, por parte de los usuarios, el servicio cuando se solicite, lo que podría rondar, según las opiniones, los 300 euros.

«Hay tomate»

Sin embargo, no todo el mundo lo ve con tanta bondad como el presidente de la mancomunidad y así Manuel de la Rocha, alcalde de Argujillo y ex presidente de la mancomunidad, lo considera un atropello y asegura que «espero que triunfe el sentido común y se diga que no al tanatorio móvil, porque los ayuntamientos no tenemos por qué pagar ese servicio, no se contempla en los estatutos de la mancomunidad. Nos lo quiere imponer el presidente, que ha sido el que ha hecho la propuesta». Asegura que «hay necesidades más importantes, aparte de que cada ayuntamiento tendría que pagar 3,5 euros por habitante y año y 300 euros por el servicio particular, más caro que los tanatorios de la zona. Los que dicen que sí no saben lo que dicen y creo que la Junta debería tomar cartas en el asunto, porque en estas adjudicaciones hay tomate».

Para la alcaldesa de Castrillo y diputada provincial, Ana María González Santos, «no es un servicio fundamental, sería costoso para los ayuntamientos y el dinero se podría dedicar a cosas más necesarias. La gente no quiere velar a sus familiares en un camión».

Los beneficios

Por el contrario, para el alcalde de La Bóveda, Francisco Benito, «es una buena idea. Ignoro si podrá funcionar o no, pero a La Bóveda le hace falta». Para el presidente de la mancomunidad, «es una buena cosa, porque en nuestros pueblos cada vez hay más gente mayor y cada vez menos queremos tener a los fallecidos en nuestras casas, especialmente en verano, por higiene. Creo que es beneficioso desde todos los puntos de vista, porque sanitariamente no conviene tenerlos en casa. Además, los ancianos no tendrían que desplazarse».