La universidad de Salamanca desagravia a su rector perpetuo Miguel de Unamuno, con el doctor honoris póstumo

Sus nietos, Salomé y Miguel, fueron los encargados de recoger el título en un emotivo acto celebrado en el Paraninfo de las Escuelas Mayores

Acto oficial del nombramiento doctor "honoris causa" postumo de Miguel Unamuno por la Universidad de Salamanca.

Acto oficial del nombramiento doctor "honoris causa" postumo de Miguel Unamuno por la Universidad de Salamanca. / David Aranz / Ical

A. F. G. / Ical

Miguel de Unamuno ha regresado con honores a la Universidad de Salamanca. Rector perpetuo que "salvó” la Institución a principios del siglo pasado, volvió al Claustro cuando se cumplen cien años de su “injusto” destierro a Fuerteventura para ser reconocido, a título póstumo, como doctor "honoris causa" de su Universidad. 

El Paraninfo de las Escuelas Mayores de la Usal, cuyos muros fuesen testigos de su sonado discurso ante Millán-Astray, acogió este miércoles un sentido acto en el que sus nietos, Salomé y Miguel, “los últimos vivos de seis que Unamuno conoció y tuvo en sus rodillas”, recogieron los atributos tradicionales del nuevo doctor. 

Antes de ello, a las puertas de la sala, fue descubierto un vítor conmemorativo con el lema “No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas”. El momento contó con la presencia del rector de la Usal, Ricardo Rivero, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, el presidente del Consejo Social de la Usal, Ignacio Galán y sus nietos, Pablo, Salomé y Miguel de Unamuno. 

Con dos breves intervenciones, Salomé y Miguel de Unamuno agradecieron y recordaron a su abuelo en un acto de “reparación” y de “desagravio”. Por su parte, Pablo de Unamuno fue el encargado de defender mediante el laudatio la máxima distinción académica de la Usal. Un acto que “consiste en darle a Unamuno lo que es suyo desde hace un siglo, por decir siempre lo que pensaba, enfrentándose al poder, criticando y condenando su actitud represiva”.

Momento del acto de nombramiento de Miguel de Unamuno y Jugo, doctor "honoris causa".

Momento del acto de nombramiento de Miguel de Unamuno y Jugo, doctor "honoris causa". / David Aranz / Ical

Pablo de Unamuno fue el encargado de repasar la vida académica y profesional de su abuelo, haciendo referencia también a una Universidad que encontró “dormida, perezosa con escasa capacidad creativa”. Y, durante su discurso, aprovechó la oportunidad de destacar tres aspectos de su currículum: “sus méritos académicos, sus méritos literarios y su dedicación y entrega social y política al entorno en el que vivía”. Además, ensalzó también su faceta literaria y su compromiso político y social, plasmado bajo el lema “libertad, justicia, tolerancia y la verdad por encima de todos”, valores que dejó en sus discursos y centenares de artículos periodísticos.

Con la dificultad de que un “nieto apadrine a su abuelo” en un acto, Pablo de Unamuno recordó el carácter “liberal” de su abuelo, cuya figura trascendió “al tiempo y a la historia”, y, dando el salto a la actualidad se mostró seguro de que “en breve” llegará también a ser objeto de la “Inteligencia Artificial”. 

Por su parte, el rector Ricardo Rivero defendió el reconocimiento “al más coherente de nuestros profesores, su más completo Rector, el intelectual de mayor audacia y compromiso de su tiempo y la persona con virtudes más admirables, rasgos personales que le costaron el destierro y otros muchos pesares, pero también le hicieron un Héroe, con mayúsculas”. 

Además, reivindicó a “don Miguel” como profesor y rector, y como figura que “salvó la Universidad de Salamanca”, en un momento de “decadencia” en la que entró “a resultas de una mala ley en lo universitario”. Además, resaltó el valor del bilbaíno por buscar “la verdad más profunda”. “Unamuno era coherente. Asaz grandeza la de su alma, tanta que rechazó el indulto y la amnistía que le hubiera privado del destierro. Su opinión no era negociable. Primero la verdad, decía él, y si tenía que renunciar a su libertad, a su posición académica, al rectorado y a las comodidades, estaba dispuesto a hacerlo, pero mantendría siempre sus ideas sobre los abusos del poder”. Añadió.

Ricardo Rivero aprovechó también su discurso para defender la Institución como un espacio “de libre debate intelectual y de concordia entre personas que piensan distinto”. “Esto siempre lo garantizó Don Miguel de Unamuno. Y quien lo dude ignora la realidad: en este mismo Paraninfo hemos denunciado las tiranías de uno y otro signo; homenajeado a defensores de la seguridad y de la libertad; dignificado las ciencias y las letras y siempre, siempre, respetado a todo el mundo. Este debería ser el unamuniano mensaje de la Universidad: la dignidad humana merece respeto”, sentenció. 

Durante el acto, tuvo lugar la entrega a la Usal por el Ministerio de Cultura del Título de Ciudadano de Honor de la República en favor de Miguel de Unamuno y la Banda con insignia de la Orden de la República, concedida a Miguel de Unamuno, procedentes del Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH). La entrega fue realizada por Severiano Hernández Vicente, director del CDMH de Salamanca, a Ana Chaguaceda, directora de la Casa Museo Unamuno, donde serán depositados.

“Defensa de la verdad frente a cualquiera”