Quince detenidos en Ávila por robar cobre por valor de más de un millón de euros

Agente de la Guardia Civil.

Agente de la Guardia Civil. / GUARDIA CIVIL

Europa Press

La Guardia Civil ha detenido a 15 personas por el robo de más de 30 kilómetros de cableado de cobre valorado en el mercado en 1.200.000 euros, sobre todo en el norte de la provincia de Ávila.

A los arrestados se les considera presuntos autores de los delitos de robo con fuerza, receptación, asociación ilícita y contra el medio ambiente, según ha informado el responsable de Comandancia de la Guardia Civil de Ávila, el teniente coronel Gustavo Dorda.

Fue en abril del año pasado cuando se inició la investigación en la carretera Nacional 502, cuando se observó que varios postes de madera que sujetaban tendido telefónico habían sido serrados y se encontraban en el suelo sin el cableado telefónico.

Después se detectó en la comarca de La Moraña, al norte de la provincia, hechos similares, por lo que se abrió la 'Operación Manqueospese', ya que estos robos afectaban a los vecinos de las poblaciones limítrofes, al quedarse en ocasiones sin servicio telefónico y de internet, así como sin alumbrado público.

De las investigaciones realizadas se pudo descubrir que los presuntos autores actuaban en horario nocturno, sustraía el tendido telefónico y quemaba el revestimiento, en zonas tales como vaguadas o cauces de ríos rodeadas de arboledas altas, para ocultar las llamas que producía la quema y no ser descubiertos, y utilizando productos altamente inflamables, como disolventes que aceleraban la combustión y suponían un riesgo de incendios.

Modo de proceder

Estos robos con fuerza continuaron produciéndose durante el resto del pasado año y primer trimestre del 2023, hasta que finalmente la organización ha sido desmantelada.

Según Dorda, el modo de proceder consistía en que los delincuentes se desplazaban hasta las zonas donde iban a sustraer el cableado en dos vehículos, un turismo que realiza labores de vigilancia y una furgoneta encargada de transportar el cable al punto de quema.

Una vez el revestimiento era quemado, cargaban la furgoneta con el cobre extraído y lo trasladan a una chatarrería ubicada en la localidad de San Fernando de Henares (Madrid) para su venta, a la vez que lo vendían a un gestor de residuos que no estaba en posesión de ningún establecimiento de venta de chatarra y que tenía la función de intermediario ya que una vez compraba el cable lo revendía en otro centro de recuperación de residuos de la Comunidad de Madrid.

europa press