Los vecinos de los pueblos ribereños de la comarca mantenían ayer la tranquilidad, aunque sin perder la vigilancia de la evolución del caudal y de la persistencia de la lluvia. Los pueblos bañados por el Esla tuvieron más tranquila la jornada del viernes. Aunque ya preparados "para lo que pueda venir el sábado", señalaba ayer el alcalde de Villanueva de Azoague, José Antonio Martínez, que mantuvo aviso naranja durante toda la jornada con un caudal de más de 490 metros cúbicos por segundo. "Paramos las bombas por la mañana y llevamos todo el día con ellas parada". Por la tarde explicaba que "las calles ya van cogiendo diez centímetros de agua en los bajos. Y empezaremos a achicar agua otra vez", añadió. Por las previsiones de Confederación se espera una mayor crecida en la mañana de hoy, según explican.

"No creo que la crecida sea como la del 89 porque hoy en día hay más control, pero se espera un caudal de unos mil metros cúbicos por segundo, porque aquí se juntan el Esla y el Órbigo". En Bretó, donde se ha registrado el mayor caudal de la cuenca no hay preocupación alguna por la llegada del río Esla al casco urbano, según explicó su alcalde, Abilio Velasco. "Nos ha anegado alguna parcela, pero la verdad es que estamos tranquilos. Esperamos que siga así y no suba más", señaló.

En otras localidades bañadas por el Tera, se ha mantenido durante la jornada de ayer el aviso naranja por parte de Confederación Hidrográfica del Duero. Esto ha ocurrido con Camarzana de Tera, con un caudal de más de 290 metros cúbicos por segundo. Aquí la subida del agua del regato ocasionó la inundación del campo de fútbol. También aviso naranja en Mózar de Valverde, donde la tendencia era al alza, y el caudal superaba los 196 metros cúbicos por segundo.

Otros pueblos como Santa Croya señalaban la falta de alerta ante la subida del caudal "porque hemos hecho bien las cosas y no tenemos que temer el desbordamiento", señaló el alcalde, Juan José Arenas.