Durante su recorrido, desde marzo, hemos sufrido una crisis sanitaria sin precedentes que ha traído muertes y sufrimiento a muchas familias de Zamora. Eso es lo más importante, sin duda, y debe producir consecuencias ahora y en el futuro en la mejora del sistema sanitario. Ello conlleva que los presupuestos tienen que mejorar el nivel de recursos humanos y materiales de la sanidad. De eso son conscientes todas las administraciones públicas.

Este año que acaba, al fin, después de tantos meses de pandemia, en una crisis económica también sin parangón en las últimas décadas.

Las vacunas durante el 2021 irán mejorando la situación sanitaria, pero nos quedará la enorme crisis de nuestro tejido económico al que tendremos que hacer frente con políticas de protección para trabajadores, autónomos y empresarios.

En Zamora las consecuencias pueden ser aún más dramáticas que en otros territorios. Una economía basada en el pequeño comercio, en la hostelería y el sector servicios tiene todos los ingredientes de debilidad para que la afectación de la pandemia tenga consecuencias mayores. Por ello las administraciones tienen que redoblar sus esfuerzos de ayudas. Lo importante es mantener lo que teníamos y después hacer los cambios que haya que hacer en el modelo productivo.

O dicho de otra manera, lo importante es conseguir un nivel de protección adecuado a los trabajadores de las empresas que se han visto obligadas a cerrar de manera temporal o que han reducido sus ingresos de manera drástica. Y ahí es donde los Ertes han jugado un papel fundamental de sostenimiento de la economía familiar. Esas ayudas hay que mantenerlas durante el tiempo necesario y mientras escampa el temporal. De la misma forma hay que ayudar a empresas y autónomos en circunstancias de cierre o minoración de ingresos. Los fondos europeos que llegarán deben servir en primer lugar, como digo, para mantener el rescate de trabajadores y empresarios, y después en todo caso para hacer las reformas estructurales que convengan.

Desde el Ayuntamiento hemos intentado estar a la altura de las circunstancias con los programas “Relanza” de ayudas a autónomos y trabajadores. Se han dado 2.700 ayudas por valor de 1.300.000€. Los conceptos han sido: ayudas por cierre de local por el Estado de Alarma, ayudas al alquiler de esos locales y ayudas a trabajadores afectados por Ertes para pago de alquiler o hipoteca. Ha sido una tramitación exprés y las primeras ayudas se lograron dar en junio. En estos momentos estamos estudiando nuevas ayudas para el 2021 ya que se ha producido un nuevo cierre obligado de la hostelería y otras actividades a finales del pasado octubre. Sin duda las ayudas importantes tienen que venir del Estado y de la Junta que son los que manejan presupuestos grandes, además de tener las competencias en la materia, pero los ayuntamientos también debemos colaborar. Baste decir que el presupuesto de la Junta es 200 veces superior al del Ayuntamiento de Zamora y el del Estado 10.000.

Otra línea importante de ayudas han sido los “bonos solidarios” para ayudar a las personas en paro y al comercio. Con ellos se financiaba desde el Ayuntamiento la mitad de la compra de los desempleados hasta una determinada cantidad. El efecto multiplicador sobre las compras ha sido destacado por las organizaciones empresariales. Y en esa misma línea estamos trabajando de cara a 2021, para ayudar a desempleados y comercio. Y todo ello sin olvidarnos de los que necesitan de los servicios sociales con ayudas de urgente necesidad.

La crisis también nos llevó a realizar gastos extraordinarios y muy considerables en limpieza y desinfección de colegios, edificios municipales, parques infantiles y mobiliario urbano que se mantienen en gran medida en la actualidad.

A todos los gastos descritos y no previstos, hay que añadir las bonificaciones a diversas tasas debido precisamente a los cierres obligados por el estado de alarma. Al menos 800.000 euros no recaudados.

Esta situación sobrevenida por la pandemia nos ha hecho defender con decisión una política fuerte de inversiones en 2021 en obra pública, para que empresas y trabajadores puedan seguir manteniendo un nivel de actividad.

Un 2020 en el que hemos vivido una crisis sanitaria y de sufrimiento ciudadano, y una crisis económica que va a obligar a realizar en un futuro inmediato políticas solidarias de rescate a las personas y a los pequeños negocios. La encrucijada es que los ayuntamientos vamos a recaudar menos y afrontar más gastos, lo que debe abrir el debate de que es una decidida política de Estado la que debe asumir la protección social en términos globales.

Junto con la necesidad de protección y amparo desde los poderes públicos, 2020 ha sido un año en el que se puso en marcha la solidaridad entre los vecinos y vecinas de la ciudad, y el reconocimiento social a las personas que desempeñan trabajos que no parecían tan esenciales: los trabajos del cuidado.

Estas son las líneas fundamentales para afrontar el nuevo año con esperanza: ayudas desde las instituciones públicas, solidaridad entre vecinos, y ese cambio de valores que en la sociedad y de manera individual nos ha llevado a reconocer lo verdaderamente necesario también para Zamora.