Anda Luis Planas, ministro de Agricultura, vendiendo su estrategia de comunidad autónoma en comunidad autónoma antes de que sus técnicos presenten, en la Comisión Europea, el Plan Estratégico español de la PAC, cumpliendo los requisitos del propio órgano ejecutivo comunitario, que ya ha marcado su programa al respecto, al margen de agricultores y ganaderos a los que no se les consultan las cosas importantes, las que les afectan a ellos directamente. Es la democracia que se lleva: todo por el pueblo, pero sin el pueblo.

Los pagos compensatorios pasarán a ser primas especiales para mejorar el medio ambiente y hacer más sostenible el territorio. Se impondrán los ecoesquemas (¿) y en los planes estratégicos nacionales, como el de Planas, primará la filosofía de lucha contra el cambio climático y el Pacto Verde.

Parece claro que la nueva Política Agrícola Común (PAC) será más ambiental pero menos productiva. Total, cada vez compramos más cosas de fuera, en países no europeos donde no tienen restricciones de ningún tipo y utilizan los productos fitosanitarios que les da la real gana. Miren, miren las etiquetas de los alimentos y si, de verdad, de cada dos que se venden en los supermercados uno no viene de China, les doy un premio.

Planas insiste una y otra vez en que España presentará un solo Plan Estratégico, en el que quepan las propuestas de las diecisiete comunidades autónomas españolas. No me lo creo, ni tampoco que haya una España sola. Ya verán como la demanda de Castilla y León de que se prime en la concesión de ayudas europeas a los agricultores profesionales quedará desdibujada. Si la iniciativa viniera de Cataluña o País Vasco, por ejemplo, sí que contaría con el apoyo del ministro. Esto es lo que hay y si quiere lo compra o se va de vacío a su casa.

La PAC se ha utilizado siempre como un caramelo para contentar al sector agropecuario. Es la manera más amable de comprar voluntades y de señalar al sector primario como “beneficiario del papá Estado”. En todo caso, sin ella ahora sería inviable la agricultura y ganadería. Ha habido tantas “primas de Herodes” y ayudas a cultivos inexistentes como el lino, que a ver quién es el majo que se pone a explicar ahora que los mayores beneficiarios de la PAC son los consumidores: sí, usted y yo, todos los que compramos en los supermercados. “Que no puede ser, hombre, que agricultores y ganaderos son unos “caza-primas”. Esto es lo que hay y si quiere lo compra o se va de vacío a su casa.