Los responsables de la empresa que está construyendo una macrogranja de porcino en Cerecinos de Campos, Innovaporc SL, aseguran que una vez en funcionamiento la explotación necesitará 12 trabajadores. Una docena de empleos directos "para los que se dará preferencia a los vecinos de Cerecinos, primero, y a los de los pueblos cercanos después, es algo a lo que nos hemos comprometido personalmente con el propio Ayuntamiento", explica José Martín, uno de los empresarios detrás de Innovaporc.

Pese a la sofisticación tecnológica de este tipo de explotaciones, no es cierto que funcionen sin apenas personal. "Se ha llegado a decir que solo va a trabajar un señor que le da a un botón por la mañana, eso es un disparate", explica el empresario, pues aunque procesos como la limpieza o la alimentación de los animales están bastante automatizados, estas macrogranjas requieren que siempre haya personas observando al ganado, vigilando que todo esté dentro de lo previsto, procurando su bienestar. Innovaporc SL lo puede acreditar porque desde hace 14 años gestiona una granja de características similares en Villaveza del Agua que hoy en día cuenta con 15 empleados. Habitualmente, la explotación de Villaveza funciona con 12 trabajadores a jornada completa y todos cuentan con contrato fijo, recientemente se ha ampliado la plantilla de forma excepcional.

Este diario ha conseguido acceder a la contabilidad de la empresa y ha comprobado que los sueldos de los 12 operarios de la granja de Villaveza van desde los 1.200 a los 1.7000 euros netos -después de impuestos- mensuales, por 12 pagas al año. En la documentación también consta que en 2016 la empresa tributó por su granja de Villaveza del Agua un total de 161.295 euros a la Agencia Tributaria por diferentes impuestos y tasas, si bien no toda esa cantidad acaba repercutiendo en el municipio que alberga las instalaciones.

Innovaporc SL es una empresa con sede social en Zamora, sus socios son zamoranos, y las instalaciones de Cerecinos de Campos albergarán el ganado de otra empresa salmantina, que sacrificará los animales y procesará la carne en la provincia de Salamanca. "Es un proyecto 100% castellano-leonés", defienden sus promotores. Además de la docena de puestos de trabajo en la propia granja, explotaciones de estas características contribuyen a crear empleos indirectos. En el caso de la granja de Cerecinos, el integrador asegura que compra los piensos en Santa Marta de Tera, y contrata los servicios de transporte a una empresa con sede en Morales del Vino. Además, Innovaporc se encargará del mantenimiento de los caminos agrícolas que dan acceso a la explotación "para evitar el desgaste de los vehículos que utilizamos", sin que el Ayuntamiento tenga que poner dinero.

El proyecto de Innovaporc para Cerecinos pretende dar cabida a 3.500 madres reproductoras de raza ibérica, y sus crías saldrán hacia otra granja en el momento del destete, a los 28 días de vida. "En ningún caso vivirán allí 77.000 lechones a la vez, esos son los que pueden nacer a lo largo de un año", aclaran los promotores. La inversión asciende a 7 millones de euros por parte de Innovaporc, mientras que la del integrador podría superar los dos millones y medio.

Ante tal volumen de animales, la población se preocupa tanto por los olores como por la posible contaminación de los acuíferos. Innovaporc ya ha construido la balsa de hormigón en la que se almacenarán los desperdicios, y los empresarios explican que "está preparada contra cualquier tipo de filtración, para empezar porque nosotros somos los primeros interesados en que no se contamine el agua. Los pozos de los que saldrá la bebida del ganado están allí al lado, así que nos va el negocio en ello. Nunca dejaremos que eso suceda", afirma Martín con rotundidad. El agua viciada puede acabar con la vida de los lechones y por en peligro la viabilidad de la explotación. "Por la misma razón superamos todos los estándares de bienestar animal, no solo procuramos que los cerdos estén sanos, sino también felices, tranquilos, porque eso mejora la rentabilidad al cabo del año", aseveran. En cuanto a los olores, consideran que la distancia de dos kilómetros que se exige hasta el casco urbano será suficiente para que no se perciba nada desde el pueblo. Esta nueva normativa también impide que se instalen otras explotaciones ganaderas en ese mismo radio de 2.000 metros, algo que por un lado impide la masificación de macroexplotaciones que ya se ha dado en otras zonas de España, pero por otro lado impide a los emprendedores del pueblo instalarse en esa zona del término municipal.

De momento las obras de la macrogranja están paralizadas porque carecen de licencia ambiental. Los responsables de Innovaporc reconocen que se adelantaron a dicho trámite para poder cimentar en época estival. "Asumimos nuestros pecados, y pagaremos la sanción correspondiente que haya que pagar", aseguran. Actualmente ya cuentan con los permisos de Iberdrola para llevar el tendido eléctrico, de minas para los pozos y están a la espera del visto bueno de Medio Ambiente para obtener la licencia de obras y proseguir los trabajos.