La paralización de la obra de la macrogranja porcina, decretada por el Ayuntamiento de Cerecinos de Campos, no detiene la movilización vecinal contra la explotación de más de 3.400 cerdas y 77.000 lechones/año, promovida por la empresa Innovaporc.

De hecho, se ha reanudado la recogida de firmas después de que la noche del viernes desaparecieran los folios con los apoyos contra la macrogranja que estaban recogiendo vecinos de Cerecinos de Campos. La sustracción, denunciada ayer en el Cuartel de la Guardia Civil de Benavente, para "salvaguardar el derecho a la intimidad" por las consecuencias que puede tener el uso de datos (especialmente el número del DNI), se produjo durante la asamblea vecinal que apoyaba la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública, que se estaba celebrando en el salón de sesiones del Ayuntamiento de Cerecinos de Campos.

Los folios para firmar se habían dejado en el hall del edificio consistorial, apartados de la zona donde se reunían los vecinos, "para que nadie se viera coaccionado", precisa Pedro Luis Anta Miranda, portavoz los vecinos contra la macrogranja. Lo cierto es que, en un momento de descuido, las firmas desaparecieron ante la sorpresa de los presentes.

Sin apuntar a nadie, a los promotores de la asamblea no les pasó desapercibida la presencia de cinco personas, forasteras, "con acento gallego", que se presentaron en la reunión "como que no sabían a lo que iban, pero luego nos dimos cuenta de que no era así". Estas personas "intentaron boicotear la asamblea con una pregunta reiterativa sobre la diferencia entre la instalación de una macrogranja con 3.500 madres en un municipio o diez granjas de 350 en otros tantos pueblos". Tras recibir la contestación pertinente de los miembros de la mesa, "cada vez que alguien iba a intervenir saltaban con la misma pregunta hasta que al final se marcharon y al poco nos damos cuenta de que han desaparecido las firmas" explica Anta Miranda.

Más de 50 solicitudes

Al margen de este incidente, en la reunión se plantearon dudas y preocupaciones -sobre todo la contaminación-, ante el impacto medioambiental "irreversible" que puede provocar esta actividad de régimen intensivo. Una explotación que pese a llevar en construcción "más de un año, no tiene ningún permiso ni licencia municipal, ni de la Junta" precisan representantes vecinales.

También hubo quien, pese a admitir los problemas de contaminación, apuntó a la "oportunidad" que podría abrir en una zona con escasas posibilidades de trabajo para los jóvenes. Los vecinos que han promovido el movimiento contra la macrogranja creen contar con un respaldo social "importante" en Cerecinos. "Habíamos recogido ya unas cien firmas en un municipio de unos 200-250 vecinos y la campaña proseguía hasta que las han robado. Tendremos que empezar de nuevo y esto puede retrasar algo nuestros pasos, pero nada más" indica Anta.

De forma paralela a las firmas físicas continúa la campaña en la plataforma change.org que ya ha reunido más de un millar de firmas bajo el lema "No a la macrogranja porcina de Cerecinos.

El movimiento generado este pueblo tiene un precedente con Villafáfila, donde la presión vecinal y social llevó a la empresa promotora a desistir del proyecto. Sin embargo Anta Miranda piensa que la batalla puede ser larga porque "en la provincia hay más de 50 solicitudes de creación de macrogranjas porcinas a lo largo del Esla, Tera, Campos o Tábara. Corremos el peligro de que se cree un cordón que convierta nuestras tierras en un estercolero".

Preguntado por este diario, el alcalde de Cerecinos de Campos ha declinado hacer declaraciones.