-¿Por qué no se había dado importancia a este tipo de educación hasta ahora?

-La educación emocional surge en los años 90 y toma relevancia a partir de la inteligencia emocional. Necesitamos ser inteligentes no solo a nivel cognitivo sino también para gestionar nuestras emociones en búsqueda de un bienestar personal. No solo hay que saber manejar la inteligencia en búsqueda de éxito profesional o escolar, sino a nivel de éxito personal. Y para eso necesitamos saber gestionar las emociones, para lo que también se necesita una educación. Muchas veces no partimos de habilidades innatas para saber afrontar determinadas situaciones, por eso necesitamos ser educados emocionalmente, para evitar luego situaciones de estrés y ansiedad ante determinados estímulos que realmente nos desbordan porque no sabemos gestionar bien.

-En el libro también se tiene en cuenta a los niños con TDAH, ¿en qué les beneficia?

-Los problemas de regulación emocional son importantes en este colectivos, porque son niños impulsivos y muchas veces ven comprometida su superación ante el entorno. Si todos los niños necesitan una atención especial dirigida para educar sus emociones, este colectivo necesita en mayor medida ser educado para que puedan gestionarlas.