El desarrollo de la actividad de la Fundación Crespo Rodríguez necesitará contar con "un personal mínimo" para gestionar la sede de la calle Obispo Nieto, por lo que deberá generar ingresos al mismo tiempo que presta sus servicios a personas en riesgo de exclusión social. Este es el fundamento del legado que la zamorana Encarnación Crespo dejó por escrito antes de fallecer en mayo del año 2006.

Otra de las claves en el futuro de la fundación reside en "ocupar un lugar que no esté cubierto en la ciudad", un punto interesante dado que en principio se especuló con el destino de los bienes donados por la familia zamorana tendría que ver con una residencia de mayores. Las cuatro viviendas de que consta el edificio tendrán "un fin social" que estará de acuerdo con las necesidades que exprese la Junta de Castilla y León y el propio Ayuntamiento de la capital.

Con el inicio inminente de las obras y una parte de la actividad ya definida, el funcionamiento de la Fundación Crespo Rodríguez podría dar sus primeros pasos el próximo año, ocho después del fallecimiento de la benefactora zamorana. El lento desarrollo de los pasos necesarios para prestar el servicio tiene que ver con la tramitación legal y el cumplimiento de los requisitos que para las fundaciones de este tipo dispone la Administración regional.