Las elecciones municipales del 22 de mayo le volvieron a poner al frente del Ayuntamiento de la capital durante cuatro años más. Acaba de superar el primero de ellos y lo hace con un compromiso: «Trabajar para hablar cada vez menos de crisis y más de optimismo». Las subidas de impuestos y tasas, a las que en todo momento se refiere como «actualizaciones», son para ella «la parte que menos gusta a un alcalde» y está convencida de que tras la puesta en marcha de un «drástico» plan de ajuste, Zamora saldrá airosa adelante.

-Un año después de ganar de nuevo las elecciones por segunda ocasión consecutiva, ¿qué balance hace de este ejercicio?

-A pesar de ser un año marcado por la crisis, que la tenemos grabada a fuego, hemos seguido funcionando en aquello que se necesitaba manteniendo esos criterios de austeridad y control de gasto. Es un balance positivo en lo razonable y dentro del contexto del que estamos hablando. Hemos puerto en marcha guarderías y centros construidos en la etapa anterior.

-¿Ha sido un año especialmente duro pese a tener la mayoría absoluta?

-Ha sido una tensión distinta pero todos los gestores cada día nos vemos obligados a tomar decisiones que tenemos que explicar porque no son agradables.

-Los tres grupos de la oposición, sin excepción, han criticado su incumplimiento del programa electoral, sobre todo, en lo referente a la subida de impuestos...

-Lo del incumplimiento me llama la atención porque los programas se desarrollan a lo largo de cuatro años. Aquí no ha habido ningún incumplimiento sino una serie de medidas que ha habido que tomar como en cualquier familia y que han supuesto una mejor gestión de los ingresos. Hemos exigido un esfuerzo pero para repartir entre todos, ha sido un esfuerzo razonable y hemos facilitado muchas vías para fraccionar el pago. Es cierto que se han actualizado algunos servicios, tasas e impuestos que necesitaban actualización porque es un principio redistributivo, pero es que nosotros también nos hemos ajustado bajando gastos, reduciendo personal y mejorando la gestión de los servicios.

-A la hora de tomar estas decisiones, ¿una alcaldesa se pone en la piel del ciudadano, de las familias en paro o de los mileuristas para quienes una mínima subida descuadra el mes?

-Absolutamente. Yo quiero pensar que todos los políticos lo hacen pero estoy segura de que los alcaldes, todos, nos ponemos en su piel porque tenemos un contacto continuo, directo y personal con el ciudadano, no nos es ajeno para nada. Precisamente por eso los alcaldes hemos sido siempre los más reacios a actualizar impuestos, pero en este caso la actualización la hemos entendido absolutamente necesaria para mantener los mínimos.

-Ese plan de ajuste ya aprobado y ese plan a proveedores ya en marcha ¿implicarán la resurrección del Ayuntamiento o su hipoteca de por vida?

-Entre los dos términos, es mucho más el primero. El mayor problema que tenemos es que los ingresos han bajado pero no así los servicios. Ése es un problema estructural que sí me preocupa, pero la deuda no tanto porque aunque nos obliga a un plan drástico de ajuste, compensa ya que cobrarán todas las empresas que, a su vez, podrán mantener a sus trabajadores. Este Ayuntamiento ve con esto el principio de algo positivo. Sabemos que ahora es duro pero a la larga será lo mejor.

-¿Se les ha subido a la cabeza la mayoría absoluta que los zamoranos les confiaron hace un año?

-Creo que es un tópico aquello de que las mayorías son la podredumbre del poder y corrompen. En un sistema como éste tan condicionado por los partidos, la mayoría absoluta es la única forma de trabajar, desgraciadamente. Los intereses de partido condicionan tanto la posibilidad de acuerdos que bloquean las instituciones. Y yo lo he vivido, sé de lo que hablo.

-Queda mucho todavía, pero ¿habrá un tercer mandato de Rosa Valdeón?

-¡Uf! Ahora mismo ni me lo he planteado... Siempre he dicho que todo tiene un límite que uno mismo ha de ponerse por responsabilidad y también el partido debe decidir. Nunca te puedes perpetuar en nada. Ni me gustan los políticos profesionales ni me gusta ese fan de agarrarse al sillón que sea. Yo si soy necesaria, voy a seguir. Si creo que no lo soy, no lo haré.

-El tercer mandato no lo tiene claro pero, ¿terminará el segundo?

-¡Claro, claro! Yo cuento con eso... si tenemos salud, claro.

-¿El salto a la política regional y nacional le espera?

-Yo creo en Castilla y León porque he tenido un conocimiento muy cercano cuando trabajaba allí. Como creo en la comunidad autónoma, si el partido en un momento dado me pide que trabaje en la región nunca voy a decir que no, pero tampoco lo busco.

-¿Qué explicación hay para que el estudio sobre el nuevo parking subterráneo en Tres Cruces lleve más de tres meses en el Ayuntamiento y no lo hayan dado a conocer? ¿Por qué ese ocultismo?

-La intención del concejal es presentarlo próximamente, no hay ningún inconveniente. Lo que sí es cierto es que sabemos de entrada, por ejemplos que hemos tenido como el autobús, que no hay tanta oferta en el mercado de empresas dispuestas a asumir riesgos y nosotros queremos que el trabajo sea una colaboración pública-privada en todo.

-¿Esa falta de financiación de las empresas podría derivar en dejar el proyecto aparcado hasta que vengan tiempos mejores?

-No lo descartamos, pero me gustaría que no fuera así porque seguimos creyendo en su necesidad. No es un momento fácil para emprender un proyecto así.

-¿Cómo va el proceso de liquidación de la Sociedad de Turismo?

-Ese proceso corresponde a los liquidadores, que tienen plena autonomía para hacer recapitulación del dinero pendiente, como muchas otras empresas.

Toro, 17-12-1960

Curtida ya en la tarea de regir una ciudad, Rosa Valdeón acaba de atravesar un año de decisiones duras condicionadas por la economía. Licenciada en Medicina y Cirugía, y exconsejera junto a Juan Vicente Herrera, fue además una de las elegidas por Rajoy para ser vocal del comité ejecutivo nacional del PP. Un año después de las elecciones que le dieron la mayoría absoluta, se muestra «satisfecha» por el trabajo realizado.

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