«Ha podido haber despilfarro, porque hemos vivido como nuevos ricos. Pero todas las administraciones, no sólo las comunidades autónomas». Eran las palabras pronunciadas por el consejero de Presidencia y portavoz de la Junta, José Antonio de Santiago-Juárez, en el discurso que pronunció en el salón de plenos de la Diputación de Zamora minutos después de la toma de posesión de Mario Amilivia como presidente del Consejo Consultivo. No se limitó, desde luego, el experimentado político a hilar unas cuantas frases protocolarias, sino que se empleó a fondo con un discurso tendente a contrarrestar la fuerte corriente de opinión que pone en cuestión al Estado de las autonomías en una época de crisis económica como la que atraviesa España. «Cuando empezó la crisis comenzó esta corriente de opinión que trataba de buscar un chivo expiatorio; había que culpar a alguien, es muy humano, y ese culpable fue el Estado de las autonomías».

Sin embargo, pocos son los que se han parado a pensar que «la locomotora de Europa, Alemania, es el estado más descentralizado de toda la Unión Europea». Por tanto el problema no es la descentralización o que el sistema esté mal diseñado, ya que de cada cien euros que gasta una comunidad autónoma, 75 van para el estado del bienestar (educación, sanidad y servicios sociales). Un gasto, «poco elástico, difícil de recortar sin deteriorar el Estado del Bienestar» y «muy expansivo, ya que su desarrollo acarrea más gasto». Por tanto no es cierto que eliminando las comunidades autónomas se acabe con el déficit, sólo se reduciría del 2,9% al 2,1% «y nos exigen un 1,3%, un imposible, además de culparnos de todos los males». El Gobierno de Castilla y León, dijo «defiende el modelo autonómico con uñas y dientes», porque «es la historia de un éxito», pero eso sí, con una «financiación adecuada a las necesidades del siglo XXI y con garantía de continuidad». La actual corriente de opinión anti-autonómica quiere, en definitiva «matar el modelo autónomico y el estado del bienestar».

Por otra parte, el consejero coincidió en considerar «insostenible» el actual modelo territorial de Castilla y León. En este sentido el consejero de la Presidencia, advirtió que a Portugal y a Grecia «les han exigido reducir el número de municipios», lo que induce a España a «caminar por este sendero». No obstante, insistió en que «no se trata de suprimir ninguno, sino de conseguir que sean más fuertes unidos. No hay más que ver cómo están actuando otros países de nuestro entorno en esto. O nos movemos, o nos mueven». De Santiago-Juárez consideró que el proceso de reordenación territorial iniciado el pasado mes de octubre va «razonablemente bien» y puso de manifiesto el «esfuerzo» realizado en toda la Comunidad «por explicar» los pormenores de un plan que fomenta la asociación voluntaria de municipios. «Siempre dijimos que había que ser prudentes y hacer mucha pedagogía porque hay temores, la gente entiende mal y piensa que van a suprimir su pueblo cuando, en realidad, se trata de promover la asociación de municipios para que sean más fuertes», dijo. E insistió en la idea de que «se trata de fortalecer el papel de los municipios pero no por la vía de la supresión sino con la agrupación voluntaria para que la unión haga la fuerza y, siendo más fuertes, puedan prestar servicios de forma más adecuada, con más calidad y de forma más eficiente».

El portavoz de la Junta defendió el papel de las instituciones de Castilla y León y recomendó al presidente del Consejo Consultivo ahondar en la trasparencia, como fórmula para dar más participación e implicar a los ciudadanos en su valoración.