El actor Manuel Gallardo retorna a Zamora con motivo de la presentación de un nuevo montaje teatral en el que participa titulado «Maniobras» y que se estrena el martes en el teatro municipal.

- Vuelve al Principal. ¿Qué supone para usted?

-Es una reconciliación con Zamora, una ciudad donde gusta mucho el teatro. Es bello volver porque eso supone que he gustado en Zamora, y Zamora a mí, me ha gustado mucho. Además, el teatro es una maravilla. Tuvimos un gran éxito con la anterior función, con «El galán fantasma» y espero que así suceda con «Maniobras».

-El montaje aborda el abuso de poder en diversos ámbitos.

-En todos los estamentos sociales se desarrollan los abusos de poder. Creo que es fundamental colocar esta temática sobre un escenario para denunciarlo desde dos puntos de vista, aunque pudiera hablarse desde muchas más esferas de la vida. Es un tema totalmente de actualidad.

-¿Cómo conoció la obra?

-Se leyó en la Sociedad de Autores y su autor, Eduardo Galán, me invitó a acudir. Fui a ver la obra, pese a que el teatro leído no es lo mismo que el representado, y tuve claro que tenía que representarse y así se lo transmití a Galán. Además, recuerdo que cuando me propuso hacer mi papel me dijo que no me podía negar ya que le había animado.

- Una obra complicada, pero ¿de quiénes va rodeado en la aventura?

-La dirección de la obra corre a cargo de Mariano de Paco que ya ha dirigido «El galán fantasma». Comparto escenario con Juan Calot, que da vida a un teniente magníficamente. El personaje femenino lo interpreta Olalla Escribano con la que nunca había trabajado y que hace magníficamente un papel muy duro. El papel de Darío lo hace Alejandro Arestegui, quien también trabaja en «El galán». Se nota mucho en la escena la complicidad que tenemos tras un año trabajando juntos varios de los actores. En una escena simplemente con mirarnos sabemos lo que queremos decirnos. Nos hemos convertido en una compañía de amigos que todos los días hacemos la función no sólo para el público, sino también para nosotros mismos. Hacemos un divertimiento del trabajo. En «Maniobras», que es una obra dura, disfrutamos denunciando el abuso de poder. Es una obra representada por unos grandes actores que denuncian cruelmente en el escenario lo que está sucediendo. Se trata de una función que hace recapacitar, reflexionar e incluso cabrear.

-Háblenos de su personaje.

-Es un reto porque se trata de un papel que yo no nunca había hecho pese a haber trabajado mucho. Tanto en su forma de ser como en sus apetencias naturales es un personaje singular que no se parece nada a mí. Cuando me lo propusieron lo que más me llamo la atención es que era un poco esperpéntico, como toda la obra. Quizá lo único en común entre el director, mi personaje, y yo, es que yo en la vida real dirijo teatro.

-El montaje estaba previsto que inicialmente se representara tanto el martes como el miércoles pero la convocatoria de la huelga general ha hecho que sólo haya una fecha.

-Es una pena porque de alguna manera nos obligan hacer huelga. Lo lamento porque el público tiene un oportunidad menos de vernos y el equipo perderá un día de trabajo. Las huelgas no son nunca buenas para nadie.

-Usted siempre ha sido una persona preocupada por la situación de la profesión. Fue uno de los fundadores de la Unión de Actores, ¿Cómo ve ahora el sector?

-Sí, tengo el carné número 13. Fui el secretario general de la Unión hace más de 20 años. Incluso la primera sede estaba alquilada a mi nombre y todavía conservo recibos que lo atestiguan (risas). El teatro desde que tengo uso de razón dicen que está en crisis. Sin embargo, el teatro alimenta al cine, alimenta a la televisión, nutre al doblaje? a tantos sectores que nunca desaparecerá. El teatro está en crisis porque los gobiernos cuando hay una recesión rebajan los presupuestos de la cultura y a su vez las partidas que primero merman son las correspondientes al teatro porque la interpretación da libertad y cultura. Es una especie de desprecio y de confianza en lo que produce el teatro. Respecto a los actores diría que la mayoría ama la profesión, pero algunos sólo quieren fama y ganar dinero. En una ocasión vino a mí un chico joven que quería dedicarse a la interpretación. Le pregunté que por qué quería ser actor y me dijo que porque se liga mucho y se trabaja poco. Este ejemplo es el cáncer de la profesión. Para ser algo en el teatro tienes que amarlo y cuidarlo.

-¿Cómo se ama el teatro?

-Disfrutando con él, queriendo que tus compañeros estén mejor que tu, porque si ellos brillan algo te acaba salpicando y si tu estás muy bien también se beneficiarán ellos. Cada día hay que esforzarse por hacerlo mejor. Llevamos casi un año con «El galán fantasma» y todavía intentamos mejorar algunos versos, que cuestan mucho entre los más jóvenes. Tienes que esforzarte porque te digan que cada día lo haces mejor. Soy un hombre del teatro, amante del teatro y enamorado del teatro. Me considero ante todo un hombre de teatro, puesto que me molesta mucho hacer una escena que yo considere que ha sido perfecta y me digan: «Corten no vale» porque ha pasado una mosca delante de la cámara.

-En este sentimiento pesa que usted procede de una saga de actores.

-Mi abuelo, decían que era un gran trágico, mi abuela, mis padres y mi hija son actores. Es lo que he mamado y he transmitido. Mi madre ha sido la mejor profesora del mundo. El día del estreno todos llegaban y me decían que había estado muy bien. Ella me felicitaba y luego decía «pero?» y me enumeraba los momentos que tenía que mejorar. Recuerdo que en una obra me tocaba llorar y me dijo que cuando lo hiciera que no me pusiera feo. Me observé y era verdad. Mi comportamiento provocaba que el público no pensara en la tragedia de mi personaje.

-¿Qué consejo le ha dado a su hija?

-La verdad es que no hace falta darle muchos porque es una excelente profesional, pero cuando voy a verla intento decirle los puntos a mejorar. En el teatro estás tu solo ante el público y es un reto diario. Nos la jugamos todos los días porque en cuanto una persona diga que es una mala obra?

-¿En la actualidad una mala crítica influye en la decisión del público?

-Hoy en día no tanto, porque los críticos han perdido un poco de categoría. Una mala crítica no gusta a nadie. Tengo la suerte de no haber tenido ninguna mala crítica a mi persona. Como mala recuerdo que en un periódico de Zaragoza decía que estaba flojo en la segunda parte del Tenorio.

Córdoba, 1937

Ha trabajado en más de 50 obras de teatro y ha hecho más de 40 películas. Es un hombre de teatro, enamorado de su profesión. Su gran papel es Don Juan. Combina su faceta de actor, con la de director y escritor de libretos para teatro y de guiones para televisión.