«Pensábamos que había muerto», dice emocionada Isabel Rodríguez Fernández quien acaba de reencontrarse con su cuñado Ángel Cayetano Mata tras 45 años sin tener noticias de él. «Cuando una pariente me llamó para decirme que en el periódico decía que buscaban a los familiares de Ángel Cayetano Mata inmediatamente, con la ropa de estar por casa, salí a la calle para comprar "LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA". Leí la noticia y no lo podía creer. Me emocioné al saber que estaba vivo y por la ilusión de pensar que podríamos volver a vernos».

Fue un sobrino de Ángel Cayetano quien, desde Argentina, se puso en contacto con la sección «Zamoranos en el Mundo» para solicitar información de familiares de su tío en Zamora: «Mi tío tiene 85 años de edad. Hace unas décadas que perdió el contacto con sus parientes directos aunque siempre quiso encontrarlos. Hace pocos meses que quedó viudo y necesita imperiosamente contactar con su hermano, Julio Cayetano Mata, o con sus sobrinos», escribió.

Apenas Isabel leyó este mensaje llamó por teléfono a su cuñada Tránsito Cayetano Mata, quien reside en Orense, para contarle que tenía noticias sobre su hermano: «Ella no se lo podía creer, es que hace tanto tiempo que no sabíamos nada de Ángel que habíamos perdido la esperanza de encontrarlo».

De inmediato ambas mujeres con ayuda de sus hijas y yernos se pusieron manos a la obra para entablar contacto con el hermano tanto tiempo añorado. Un par de días después llegó el momento del primer contacto vía telefónica. «Cuando cogí el teléfono y escuché que me decían "soy Ángel" fue un impacto muy grande el que sentí. Ambos nos emocionamos muchísimo, casi no podíamos ni hablar de lo emocionados que estábamos. Él se puso muy triste al saber que su hermano Julio, mi marido, había muerto hace cinco años deseando encontrarlo y que lamentablemente ese reencuentro que él tanto esperaba nunca se iba a dar», cuenta Isabel.

Ángel Cayetano Mata partió hacia Argentina en 1949 cuando contaba con 24 años.

Un hermano de su padre que ya vivía en el país sudamericano le escribió para decirle si quería irse también para allá pues hacía falta mano de obra para trabajar en el campo. Ángel no lo dudó y emprendió el viaje hacia un futuro mejor. Allá se casó con una argentina llamada Rosa pero no tuvieron hijos. Durante mucho tiempo se mantuvo en contacto con su familia en Zamora hasta que, hace aproximadamente cuatro décadas, las cartas dejaron de cruzar el océano. «Perdimos el contacto por dejadez de ambas partes. Ángel cambió varias veces de dirección en Argentina y nosotros en Zamora nos mudamos de la calle Zapatería, a donde habíamos vivido toda la vida, a otra dirección», explica Isabel Rodríguez.

Al quedarse viudo Ángel Cayetano empezó a sentirse muy solo y a añorar a su familia y todo lo que había dejado en Zamora. Su deseo era regresar a la tierra donde nació para pasar aquí sus últimos años. Ahora que ha encontrado a su familia ese sueño va a poder convertirse en realidad. «Aunque tiene 85 años está muy bien de salud y quiere venirse a Zamora cuanto antes. Desea estar con su familia, conocer a sus sobrinos y recuperar tantos años perdidos. Así que aquí lo estamos esperando con los brazos abiertos», puntualiza Isabel.