"Dicen que un abrazo es como una caricia en el alma que todo lo cura y todo lo recompone. Eso es la Semana Santa, el abrazo que la ciudad recibe y que la empuja y levanta y la coloca en el lugar que merece" expresó ayer Pablo Durán Campos en el pregón de la Semana Santa de Zamora en Vigo.

La música a la que está vinculada desde su juventud Pablo Durán ilustró el pregón organizado por la Casa de Zamora en la ciudad gallega y que contó con la presencia de autoridades semanasanteras y políticas zamoranas y de la ciudad anfitriona.

En el auditorio pontevedrés, el director del Coro Sacro Jerónimo Aguado estuvo acompañado por sus compañeros, cuyas voces reforzaron sus palabras y sentimientos con fragmentos de obras del maestro Manzano o del maestro Arabaolaza, entre otros, mientras que Rosana Eva Mangas, profesora de violín del Conservatorio Profesional de Zamora, tocó con el violín compases de "La muerte no es el final", "Thalberg", "Mater Mea" o de "Himno a Nuestra Madre" que compuso el pregonero con motivo de la conmemoración del VI centenario de la cofradía que desfila noche de Viernes Santo.

El Yacente, "mi querida Hermandad. La primera, la que me escogió a mí y no yo a ella"; Nuestra Madre, "cofradía que me ha permitido desfilar en familia"; la Buena Muerte, en cuyo coro canta, y la Esperanza, las cofradías con las que está más vinculado, así como el recuerdo a personas importantes en su vida semanasantera, como Dionisio Alba Marcos, Juan Encabo o Josefina Yugueros, se entrelazaron de manera muy sutil en un recorrido cronológico por los desfiles procesionales, un itinerario enriquecido con vivencias muy personales unidas a su madre, su mujer y sus dos hijos.

Pablo Durán no pasó de largo el aspecto religioso unido a la Semana Santa. "Sólo Él y yo sabemos lo que ocurrió aquella noche de abrazo de Capa Parda", confesó.

Tras 65 años el Miserere, cuyo coro dirige desde el año 2003 y al que pertenece desde 1987, "sigue siendo lo que él siempre pensó que debía ser, una oración popular para cerrar solemnemente una procesión de penitencia. Gracias don Jerónimo Aguado González", expresó con emoción Durán Campos.