La alborada estrenada el pasado año tras el Encuentro entre las figuras de Cristo y su madre en la Plaza Mayor ha dejado muy buen sabor de boca a la directiva y hermanos de la Cofradía de la Resurrección y por tanto se incorporará a partir de ahora a ese momento, como símbolo del punto y final de la Pasión y expresión de alegría. Es la decisión que tomó ayer la asamblea de la cofradía, reunida en el salón de actos de la Junta Pro Semana Santa, tras un pormenorizado análisis de lo ocurrido en el estreno de la alborada el pasado año, no solo con la impresión que se tuvo en vivo y en directo, sino analizando también grabaciones en vídeo.

La alborada, explicó la presidenta, Verónica Pedrero, es una canción o poema destinado a cantar la mañana. El canto tiene como finalidad despertar al pueblo para llamarlo a participar en la festividad y la celebración. La composición estrenada el pasado año en la procesión "forma parte de una suite de piezas de nueva composición incluidas en la obra denominada "Suite Sayaguesa", compuesta por el maestro David Rivas", explicó la presidenta. Unas piezas, "inspiradas por antiguas melodías de tamborileros de la provincia de Zamora que se empleaban en las numerosas festividades de nuestros pueblos", Por tanto, expresó Pedrero, "esta composición y el acto en sí mismo es un verdadero homenaje al conjunto de tradiciones religiosas, festivas y musicales de la provincia de Zamora". Incluso terminada la asamblea se puso a disposición de los hermanos un escrito del vicepresidente de la cofradía, Josué Crespo, en el que cuenta los pormenores de la idea de incorporar la alborada a la procesión y el acto del Encuentro.

Así, Josué Crespo relata que la idea surgió durante la participación de miembros de la directiva de la Cofradía en el Día de la Provincia que se celebró en Madridanos, invitados por la Diputación Provincial. Entre otros actos, estaban previstas la presencia de Manuel Alejandro López, director de la Banda de Música de Zamora, el folclorista Luis Antonio Pedraza y el autor musical David Rivas. Tal como relata Josué "sonó la música en aquel momento (...). Lo presentimos, lo sentimos. El corazón nos llamó, hubo miradas cómplices". Es decir, lo que sonaba era "el cierre musical que siempre soñábamos y se nos resistía". El escrito relata con emoción cómo la pieza se incorporó a la procesión tras el momento del encuentro. "Una alborada. Elegida por su carácter solemne. Una pieza mañanera en honor a la realeza. La Verdad se presenta en loor de multitudes con el brazo en alto en señal de victoria. Es la Resurrección, el comienzo de un tiempo nuevo".

En la asamblea se mostró a los hermanos la nueva pendoneta o estandartillo, es decir un pequeño estandarte de la cofradía destinado a ser utilizado tanto en los velatorios de los hermanos difuntos como en la representación de la hermandad en otros actos. Según explicó la presidenta, se trata de preservar en lo posible el estandarte principal, que lleva hilo de oro y es más delicado. De esta manera se evita su deterioro.

La cofradía tuvo durante el pasado ejercicio unos gastos de 18.399 euros, prácticamente todo para sacar la procesión a la calle, mientras que los ingresos ascendieron a 21.285 euros, incluidos los donativos realizados por algunos hermanos. La cofradia tiene un saldo positivo de 2.885 euros, según informó la directiva en una rápida asamblea con una duración de menos de una hora.

Actualmente forman parte de la Cofradía de la Resurrección unas 1.500 personas.

Entre otros aspectos la presidenta informó que a la corona de la Virgen se le han añadido siete estrellas más, con el fin de que sean doce las que adornen este complemento. La razón está en que las coronas de las vírgenes deben llevar la docena porque simbolizan las doce tribus de Israel y los doce apóstoles.

Este año no está previsto ningún cambio en el recorrido, acompañado por las bandas de cornetas y tambores, la de Zamora y Nacor Blanco, además del tamborilero Javier Cuadrado y el folclorista Luis Antonio Pedraza.