La ciudad que los celtas, y luego los romanos, llamaban Intercacia, fue reducida a cenizas por los godos en el año 414. Reconstruida años más tarde por los propios godos la rebautizaron con el nombre de PANDO. A la llegada de los musulmanes, la que había sido ciudad amurallada pasa a la categoría de villa y los moros la denominaron Alpando.

Cuando en el año 1370, el rey Enrique II, apodado "el de Trastamara" concede el privilegio de una feria franca, según documento fechado en Valladolid a 25 de marzo, ya se le conocía como Villalpando. Otro privilegio hace merced de la villa de Villalpando a don Fadrique Enriquez, hijo del Almirante, y a doña Sancha, su esposa, hija de Juan de Velasco, camarero mayor, y nieta de Mosén Arnau de Solier, por cuanto el hijo de éste murió sin descendiente varón y la villa había sido devuelta a la Corona.

Es en el siglo XV cuando se produce en Villalpando el voto solemne al misterio de la Inmaculada Concepción que se considera como el voto solemne más antiguo del mundo. Existe un pergamino que contiene la escritura del voto hecho por Villalpando y las doce aldeas de su jurisdicción, aunque ya en el siglo XIII destacaba la devoción a la Purísima Concepción de la Virgen Santísima.

En 1954, el 13 de junio, se realizó la solemne Coronación Canónica de la Inmaculada Concepción en Villalpando, las trece villas renovaron el voto por quinta vez desde que lo hicieron en 1466. Quince mil personas asistieron a los emotivos actos presididos por el nuncio de Su Santidad, monseñor Ildebrando Antoniuti, quien colocó la Corona en la cabeza de la Virgen.

El 19 de junio de 1967, con un año de retraso, se celebraron los actos de conmemoración del V Centenario del Voto Mariano. En esta ocasión tuve el honor de asistir personalmente como miembro de la escuadra de Gran Gala que envió el Ayuntamiento de Zamora. Escoltamos el Altar que se colocó en la Plaza Mayor frente al Ayuntamiento. Presidió los actos la esposa del Jefe del Estado, doña Carmen Polo. Recuerdo que soportamos una intermitente lluvia que se prolongó durante todo el día. Hizo el ofrecimiento a la Virgen el Fiscal del Tribunal Supremo don Fernando Herrero Tejedor. Después se celebró la Santa Misa, oficiando el Nuncio de Su Santidad monseñor Antonio Riberi, asistido por el arzobispo de Valladolid doctor García Goldaraz, y el obispo de Zamora doctor Martínez González. Durante el Ofertorio, representantes femeninas de los trece pueblos de la tierra de Villalpando, ataviadas con trajes típicos, hicieron ofrenda de frutos de la comarca. Los actos concluyeron con una procesión en la que la imagen de la Inmaculada recorrió las calles de la villa entre vítores y aclamaciones desbordantes de fe y entusiasmo hasta la llegada a la iglesia de San Nicolás.