La afición a los deportes del Rey don Juan Carlos le ha proporcionado más de un susto, aunque él ha sabido encajarlos siempre sin darles demasiada importancia e incluso con humor. Una de las anécdotas más comentadas de sus accidentes deportivos fue la que protagonizó en el año 1983, tras sufrir una caída mientras practicaba esqui en Suiza, que le produjo una fisura en la pelvis. Don Juan Carlos tuvo que ser trasladado a España en helicóptero, del que fue bajado en camilla. A su llegada, le esperaba a pie de escalerilla Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa del Rey. Don Juan Carlos, con tono distendido y sonriente, le espetó nada más verlo: «Sabino, viste el golpe que llevé». Fernández Campo intentó mostrar un gesto más desenfadado y acabó diciéndole «Señor, un monarca sólo puede llegar así de las cruzadas».

La fisura de pelvis fue algo «menor», como la extirpación de una fibrosis en 1985. El 1 de marzo de 2001, fue sometido a una intervención leve para eliminar unas varices en la pierna derecha en la Clínica Sant Josep de Barcelona. También ha sido operado a causa de accidentes deportivos, como la caída del 3 de enero de 1983 en la pista de esquí de la estación suiza de Gstaad.

En diciembre de 1991, sufrió un accidente en la rodilla derecha que le afectó al platillo tibial externo, cuando esquiaba en Baqueira Beret (Lérida), al ser derribado por otro esquiador involuntariamente. Don Juan Carlos tuvo que ser operado para reducirle «la fractura por hundimiento de meseta tibial externa con resultado plenamente satisfactorio» en el Hospital «Puerta de Hierro» de Madrid.

En febrero de 1995, sufrió una fisura en la zona próxima a la muñeca derecha tras resbalar en una placa de hielo cuando volvía de esquiar de Candanchú (Huesca). Estuvo escayolado unos días y vendado posteriormente.

El 21 de junio de 1981 se golpeó contra una puerta de cristal después de jugar un partido de «squash» con el tenista Manolo Santana en el palacio de la Zarzuela.

Esto le causó varias heridas en el tórax, muslo, antebrazo izquierdo, ambas manos y nariz, y permaneció un mes con el brazo izquierdo escayolado porque un cristal le había cortado el nervio radial.

También ha sufrido otras lesiones de importancia menor en la espalda o los ojos por golpes o caídas.