"Haciendo bueno se puede venir, pero cuando entre el frío a ver quién se pone a esperar en la calle y tanto tiempo fuera de casa" expresaba otra feligresa. "No merece la pena este gasto de autobús para cinco personas -intercedía otra vecina-, así que abrimos la iglesia del pueblo cada quince días, vamos a nuestra misa y nos quedamos como estábamos".

En general se entienden las "buenas intenciones" del párroco por hacer misas participativas, más numerosas, y querer crear comunidad entre los parroquianos. Pero a la hora de la verdad se impone la reticencia, la comodidad y las limitaciones físicas de las personas mayores, el grueso de los habitantes de los pueblos más pequeñitos.

En la misa de ayer en Bermillo se podía ver una muestra de esa amalgama de feligreses llegados de Fadón -"hemos venido ocho" recalcaba con entusiasmo una vecina, "muy bien Angelines", agradecía el cura-, Gáname o Villamor de la Ladre, todos ellos en sus propios vehículos. "Está claro que la gente lo prefiere así" admitía el párroco al término de una misa en la que dio la bienvenida a cada pueblo, en un intento de no dejar marginado a nadie e ir mentalizando a los feligreses de los pueblos más pequeños de que el futuro pasa por ahí. Por misas más concurridas en centros eucarísticos, evitando el desolador escenario de una celebración dominical con cuatro, cinco o seis personas. Y facilitando la labor pastoral de unos sacerdotes literalmente desbordados por el volumen de parroquias que les toca asumir y que todo apunta a que irán en aumento, dado el desierto vocacional en el seno de la iglesia católica.

La despoblación del medio rural, especialmente grave en los meses de invierno, complica la atención a unos vecinos que reivindican servicios como los demás "porque pagamos nuestros impuestos religiosamente" recalca un sayagués.

El periplo dominical llega a su fin. "Si ves a más gente parece que te animas, pero para estar nosotras solas no se si merece la pena". El autobús está llegando a Luelmo, pasan las dos de la tarde. Visto lo visto lo que pueda pasar a otro domingo es una incógnita.