El imparable despoblamiento del mundo rural y la falta de curas para atender a las pequeñas parroquias que se dispersan por la geografía zamorana ha llevado al sacerdote Florentino Pérez a diseñar un novedoso sistema organizativo, en su nuevo destino en Sayago. Con 18 pueblos a su cargo, el religioso admitió desde el primer día la imposibilidad de abarcar tal volumen de parroquias de forma individual con una digna atención pastoral.

La principal novedad de esta nueva forma de evangelización en el mundo rural pasa por el traslado de los feligreses de los pequeños pueblos en un microbús para que asistan a las misas dominicales en los cuatro centros eucarísticos establecidos, que coinciden con los municipios más grandes: Bermillo de Sayago, Villar del Buey, Muga y Fariza.

El plan se ha puesto en marcha una vez pasado el verano, cuando se han marchado los vecinos estacionales y en los pueblos se quedan los de siempre. Es cuando los pueblos arrostran su realidad más dura. Así lo ha podido comprobar el sacerdote, con misas en las que "cuentas a las personas con los dedos de una mano". El último ejemplo, Cozcurrita, donde Florentino Pérez celebró para tres feligreses.

"Si la despoblación es evidente en muchos de nuestros pueblos, esta situación se agrava en las parroquias porque no todo el mundo va a misa" explica el joven cura, quien confiesa sus temores a la acogida por parte de un vecindario rural muy castigado por los recortes y la concentración de otro tipo de servicios públicos que poco a poco van perdiendo la proximidad y continuidad de la que gozaron en tiempos más florecientes.

"Lo difícil es arrancar, hay que esperar la reacción de la gente; también hay que contar con que puedo fracasar, en estos momentos tengo el 50% de esperanza. Hay que ver cómo se va desarrollando" confiesa abiertamente Florentino Pérez. Lo que tiene claro el sacerdote es que "con la realidad actual, individualmente cada parroquia no puede subsistir si no es uniéndose los pueblos".

El "puzzle" diseñado gira en torno a los cuatro centros eucarísticos, a cuyo alrededor tienen cinco o seis pequeños pueblos, a muy poca distancia entre ellos, "que tienen la referencia social en esos núcleos de población más grandes". Pérez intenta tranquilizar a los vecinos; "de lunes a viernes estaré presente en cada uno de los 18 pueblos con un ritmo quincenal". Es decir, dirá una misa en cada uno cada dos semanas, "como se venía haciendo hasta ahora, y aprovecharé ese día para visitar a los enfermos y charlar un rato con las personas".

La concentración de los feligreses se deja para el fin de semana, con dos misas el sábado por la tarde y otras dos el domingo por la mañana en los cuatro centros eucarísticos. Ahí es donde se pone en marcha el microbús para recoger a los feligreses de los pueblos más pequeños. Un servicio que, como explica Florentino Pérez, se va a financiar "a través de la venta de lotería parroquial y otras iniciativas parecidas, como una cesta navideña". Eso aclara una de las dudas que les surgen a los vecinos. "¿Quién va a pagar esto?" se preguntan.

O "¿qué va a ser de nuestras iglesias?". "No se van a cerrar porque cada quince días se dirá una misa" insiste el cura intentando transmitir tranquilidad. "Se van a respetar las tradiciones y costumbres de cada pueblo, sus fiestas". Cuando así sea, allí se reunirán los vecinos del resto de las parroquias, como ocurrirá en el Ofertorio de Fresnadillo, al que acudirán feligreses de Bermillo y otros pueblos del entorno.

"Comprendo que es un cambio grande de funcionamiento y es normal que al principio la gente esté un poco descolocada, pero tenemos que buscar fórmulas para un nuevo escenario", con pocos feligreses y menos sacerdotes. "Intentamos reforzar la idea de comunidad; donde solo éramos tres o cuatro o cinco en una misa, ahora nos vamos a poder juntar más y aprovecharemos ese encuentro para la convivencia y hasta compartir una pasta al final de la misa" explica Florentino Pérez.

Como también inquieta la imposibilidad física de personas para desplazarse en el microbús. "Algunas no pueden ni acudir a misa en sus parroquias, pero la barrera se puede salvar con coches particulares de personas que van a misa y se prestan a llevar a sus vecinos", aclara el sacerdote en un intento de despejar recelos y dudas.

Esa idea de comunidad y el culto compartido ya ha tenido un precedente en Muga de Sayago, con una celebración conjunta de los 18 pueblos, que tuvo lugar el 24 de septiembre. Hasta allí se desplazaron los feligreses con sus respectivas vírgenes que presidieron una concurrida eucaristía con "más de mil personas", a la que siguió una comida de convivencia y teatro por la tarde.

Florentino Pérez apela también a la experiencia con otras actividades parroquiales, como las catequesis o cursos de Biblia, "donde ya se está reuniendo la gente en un pueblo; pues ahora vamos a hacer algo parecido a nivel de culto".

Este nuevo cura rural -tuvo una experiencia en Fonfría y tras dirigir el Seminario recaló en Sayago- confiesa haberle dado "muchas vueltas a la cabeza" para buscar una fórmula que le permita atender "dignamente" a los 18 pueblos a su cargo. "Es la solución mejor, no se me ocurre otra para llegar a todos los pueblos" admite.