Elena Sanz, una cantante lírica del siglo XIX, célebre en la época por su belleza y por acabar en la cama del rey Alfonso XII, pudo convertirse en una vecina más de Villafáfila si hubiera llegado a buen término su romance con Darío Trabadillo Ganado, un señorito crápula de la localidad terracampina que ejerció como abogado en Madrid. De la aventura se conserva una foto dedicada de la Sanz, a la que Benito Pérez Galdós calificó de "guapetona, de grandes ojos negros y espléndida de hechuras", al mencionado señorito, que acabó sus días en Villafáfila retozando con criadas, de las que llegó a tener varios hijos no reconocidos.

Esta y otras historias, algunas bastante más truculentas, forman parte del Blog de Historia que está elaborando el médico Elías Rodríguez, vecino de Villafáfila, en un intento de dar a conocer los perfiles biográficos de algunos personajes que compartieron lugar de nacimiento, aunque las páginas de este gran libro digital recogen también conflictos judiciales entre pueblos colindantes o reseñas de los últimos años del Monasterio de Granja de Moreruela.

Aficionado a la historia, -ha escrito varios libros-, Elías Rodríguez eligió Internet para contar la intrahistoria de su pueblo porque es "un medio de difusión más accesible al público y también porque permite mayor flexibilidad en cuanto a contenidos". Hasta el momento, el blog cuenta con unas 20 entradas, a través de las cuales los curiosos podrán descubrir que hubo de verdad en el crimen de La Ojera, una mujer rica de Otero de Sariegos asesinada al parecer por un pastor; el asesinato político del médico don Lucas o de dónde proviene la eterna enemistad entre Villarrín de Campos y Villafáfila.

Con más de cinco mil visitas en seis meses, muchos lectores de toda España y de Latinoamérica principalmente, aunque también las hay procedentes de Alemania, EE UU y Ucrania, conocen ya el breve romance que vivieron la bella Elena Sanz, amante de Alfonso XII tras la muerte de su esposa, María de las Mercedes, y el terracampino Darío Trabadillo en Madrid. Ella, célebre por su voz y su belleza, acabó en la cama del rey, con el que tuvo dos hijos, y hasta hizo migas con la madre del monarca, Isabel II, que se refería a ella como "mi nuera ante Dios". Él, un vividor que mantuvo relaciones con "señoritas" de alto nivel pero que permaneció soltero hasta su muerte en 1904. Al menos, de Elena Sanz conservó una fotografía con dedicatoria: "A mi comandante de mi Estado Mayor", una connotación con aires castrenses que esconde, se presupone, un mensaje erótico. Al estilo de las "celebrities" de ahora, Elena Sanz acaparaba flashes y despertaba tanta admiración que hasta Emilio Castelar, que fue presidente de la I República, comentaba: "Quien haya visto en su vida a Elena Sanz, no podrá olvidarla".

Elías Rodríguez, que se define como "un poco fisgón", cuenta que en sus periplos por los archivos de media comunidad se llevó alguna que otra sorpresa, como cuando descubrió un documento de 1501 en el que los monjes del monasterio de Granja de Moreruela se quejaban de un arrendatario, que tuvo la ocurrencia de instalar en una parte del convento un mesón y una "casa de mal vivir". ¡Y en plena época de los Reyes Católicos!, exclama el facultativo.

Villafáfila también cuenta entre sus ilustres vecinos a todo un protagonista de libros de caballería: Gómez de Villacorta, uno de los caballeros que participó en el torneo del Paso Honroso del Puente del Órbigo, en el que se batía la flor y nata de la nobleza castellana. Tal vez fue la "bizarría" que demostró Gómez de Villacorta que, desde entonces, pasó a formar parte del elenco de personajes que aparecen en las novelas caballerescas.

Más truculenta es la historia que la abuela de este facultativo, de nombre Cirila, le contó a su nieto sobre el asesinato del médico don Lucas, a quien sacaron de casa una noche con la excusa de asistir a un enfermo. Lucas Alonso Trabadillo, que ejercía de médico libre en Villafáfila, fue asesinado de un tiro. Minutos antes de morir, un vecino acudió en su auxilio y cuando fue preguntado por su asesino solo acertó a decir "unos muchachos, unos muchachos". Aunque nunca se llegó a saber el verdadero móvil del crimen, Elías Rodríguez aporta en su blog documentos del juicio que se llevó a cabo contra cuatro vecinos que confesaron que la muerte del médico se debió a un accidente, tras dispararse la escopeta en una refriega tras un mitin electoral.

En realidad, y según Rodríguez, se sospecha que se trató de un asesinato político, ya que el ambiente político del pueblo los meses anteriores estaba muy alterado por las diferencias entre los dos partidos turnantes, el Liberal encabezado por Sagasta y el Conservador por Cánovas del Castillo. Tras detentar varios años los cargos del ayuntamiento el Partido Liberal, el año 1890 el ayuntamiento de Villafáfila estaba en poder del Partido Conservador.

Entre otros relatos, el blog de historia data con manuscritos la fecha en la que comenzó a fraguarse la eterna enemistad entre Villafáfila y Villarrín de Campos. Explica este facultativo que el 15 de junio de 1536, "los vecinos de Villarrín se negaron a renovar los mojones (señal que delimita las propiedades) de la Recierta, y los de Villafáfila les requirieron que si no lo hacían acudirían a un juez de términos". El conflicto acabó en pelea, con dos vecinos presos y una hostilidad que, al parecer, ha traspasado la barrera del tiempo. Y hay más. Los curiosos que accedan a la página www.historiasdevillafafila.blogspot.com.es descubrirán también los árboles genealógicos de distintos personajes y fotografías del siglo XIX a las que Elías Rodríguez da vida "con una aproximación cronológica".