Las obras de remodelación del molino Valtalla, en Villanueva de Valrojo, llegan prácticamente a su fin, tras tres semanas de trabajo por parte de los voluntarios y repobladores que participan en el proyecto de la Fundación Sierra de la Culebra.

Jonathan Pico, por su experiencia profesional, supervisa unas obras que han devuelto el lustre a la centenaria construcción y que ha dejado al descubierto la doble altura del molino.

La principal dificultad residía en el estado de los muros, a causa del deterioro del mortero de arcilla y paja con el que se rejuntaban piedras y tejados.

En esta última fase se está colocando la teja, aprovechada de la techumbre primitiva, casi al 100%, y algo de la madera de la estructura, aunque buena parte ha tenido que reponerse. En las paredes al retirar la capa de barro se han encontrado grietas que se han reparado, aunque en las partes de la construcción se va a conservar algunos de los recubrimientos de barro.

El molino pasará a ser un edificio de uso social, como sede de reuniones para los miembros de la fundación. En parte la recuperación de estas edificaciones va a depender de que logren acomodarse a un nuevo uso. Así el hecho de que en las últimas décadas se usara como cuadra para las ovejas ha ralentizado el deterioro del molino. Si no se hubiera convertido en "hogar" para las ovejas, tal vez no se hubiera conservado, explica Roberto Peña. Una familia de Villanueva de Valrojo usó el molino para su ganado. Y son precisamente los vecinos de Villanueva los que se han convertido en directores de obra ocasionales. «Todos los días vienen vecinos a ver cómo llevamos las obras. Y nos dicen que va quedando bien. Ninguno de los vecinos lo ha visto moler» afirman los trabajadores, que a su nueva experiencia de peones suman fotógrafos, informáticos, constructores, nuevas energías.

No hay una fecha de conclusión de las obras, porque en las estribaciones de la Sierra de la Culebra los plazos los dicta el tiempo, ora lluvia, ora sol.

El molino no verá pasar nuevamente bajo sus entrañas el agua pero sí la luz natural por la abertura antigua al canal de agua, como se proyectó en un primer momento para suplir la falta de luminosidad en este tipo de edificaciones.

A lo largo de los trabajos iniciales se han retirado capas de tierra y estiércol con la que se había rellenado el desnivel que alojaba el mecanismo para la molienda, del que solo se conservaban las piedras.