El Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta habilitará un muladar en el paraje natural de «El Casal», dentro del término municipal de Tábara, con el objetivo de alimentar a la fauna silvestre de la Reserva Regional de Caza Sierra de la Culebra ubicada sobre terrenos alistanos, tabareses y sanabreses de 41 pueblos y 12 municipios: 67.340 hectáreas desde su creación en 1973. Se tratará de una explotación de ganado equino, en semilibertad, que ocupará una extensión de alrededor de 6,03 hectáreas con un cercado perimetral con postes de madera, situados a cuatro metros unos de otros y con una altura máxima de 1,5 metros. El cerramiento será permeable a toda la fauna silvestre, vamos que pueden entrar y salir del recinto sin problema alguno.

Los principales moradores serán los ejemplares de asnal de la raza zamorano-leonesa, originaria de la zona y predominante en ella. No obstante también podrá acoger en momentos puntuales otras especies como caballos y yeguas.

Dentro del recinto habrá tres instalaciones cerradas: un corral rectangular de 300 metros cuadrados, de paredes de piedra y cubierta de pizarra y otro circular («Lazareto»), de 200 metros, también de piedra pero sin techumbre. Finalmente se habilitará una nave almacén de 65 metros cuadrados para guardar el alimento para los animales domésticos que habiten en el recinto.

El muladar, así lo especifica el proyecto, en ningún caso tendrá unos fines productivos ni de carácter comercial sino únicamente el de alimentar a la fauna carnívora y carroñera del ecosistema de la Sierra de la Culebra y su entorno.

El Servicio de Medio Ambiente ya ha solicitado al Ayuntamiento de Tábara la correspondiente licencia municipal que se deberá debatir y aprobar en su caso en Pleno. La Ley de Prevención Ambiental habilita un plazo de veinte días para que los interesados puedan alegar en el caso de considerarse afectados por dicha actividad del muladar. Entre las especies de fauna salvaje destaca el lobo ibérico que tiene en la Sierra de la Culebra y en el Parque Natural de Montesinho, en Portugal, dos de sus últimos grandes paraísos naturales en la Península Ibérica. Los ganaderos de Aliste, Tábara y Alba, los más afectados por ataques, muy en particular de lobos, pero también por los destrozos causados en sembrados, huertas y viñas por ciervos, corzos y jabalíes, se muestran a favor de cualquier iniciativa que reduzca los daños. En este sentido aprueban la reapertura de muladares y la siembra de más parcelas tanto por parte de la Reserva Regional de Caza como de los cotos .

Pablo Antón, ganadero e Cerezal y presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Raza Castellana (Anca) apunta que «hay mucha maleza, muchos lobos: esto hay que controlarlo. Los ganaderos no hacemos más que trabajar de sol a sol, ayudamos a mantener las especies de pura sangre y a los lobos, pero a nosotros nadie nos protege, nacimos con la estrella de velar por lo nuestro y vamos a morir estrellados».