La Unión de Campesinos-Zamora pidió ayer el cese del recientemente renovado en su puesto de delegado Territorial de la Junta de Castilla y León, en Zamora, Alberto Castro. Lo hizo por boca del responsable de la organización en Medio Ambiente, José Manuel Soto, que criticó duramente la exclusión del sindicato de la Junta Consultiva de la Sierra de La Culebra, según dijo, «por decisión personal y expresa» de Alberto Castro.

«Hace pocos días el nuevo consejero nos llamó para ver si se puede solucionar el problema del lobo, y ahora el último de la fila dice que no podemos estar en la Junta Consultiva», expresó Soto, que definió a Castro como una persona «físicamente alta, pero que en política es muy bajito, y Zamora se merece gente de talla política que sepa respetar a las personas, a las asociaciones y a las organizaciones». También aventuró que «ya que no nos quiere ver, no quita que Coag se encierre en su despacho para que nos vea en directo».

En el criterio de Soto Castro «no quiere escuchar a una organización que propone sugerencias en la zona de La Culebra».

«La razón del retraso de la convocatoria de la Junta Consultiva es que no hay dinero para el 2011. Si en Arribes, Sanabria y Villafáila hay un recorte del 70% en La Culebra puede ser del 100%. En el 2010 fuimos la única que nos recortaron el 20% de obras en la Sierra de La Culebra» destacó.

Apuntó que «tenemos una expoliación o expropiación encubierta de un territorio ocupado por lobos, ciervos y jabalíes, a los que tenemos que contemplar, queremos compensaciones».

Hizo referencia a los efectos de la crisis y a la perdida de beneficios, tanto en el valor de las piezas de caza como en otras cuestiones. Según el responsable de Coag, «ya hay cotos de caza que quedan desiertos y los trabajos de mejora cinegética también han sufrido recortes porque se venían contratando con empresas privadas la siembra de parcelas y este año solo algún celador hace alguna labor». En consecuencia, señaló, «tocará a los ganaderos, agricultores y vecinos alimentar a la fauna, algo que de hecho ya hacemos con los huertos». En el caso de no haber dinero «para beneficio de los habitantes» se preguntó, además, que «si tiene futuro la Reserva». Calificó al espacio protegido como «una fábrica de lobos», cuya gestión «es más de lo mismo». Para Soto si en la Reserva hace cada vez hace menos daño es porque ha desaparecido la actividad ganadera». Pidió a la Junta parece mayor control de la especie y que no le dé miedo capturar lobos». «Aquí nadie pide aniquilar, sino un control riguroso» manifestó, para reprochar que «no vale echar balones fuera y tener la brillante idea de pasar la pelota al Senado» para pedir a Europa que autorice su caza al sur del Duero. Para Soto «la Delegación Territorial de la Junta debe hacerse responsable de los daños que hace su fauna, que es de la Junta de Castilla y León, que es a quien hay que pedir permiso para ver el lobo, para cazarlo..» De igual modo exigió control para otras especies, como el ciervo, «que no entran en las fincas para quitar las hierbas, sino a comer los sembrados».

Insistió en la repoblación de fauna piscícola en los ríos para atraer el turismo. Insistió en los problemas para vender cupos de lobo y ciervos. Además, indicó que hay masificación y expansión de fauna, especialmente en la cuenca del Tera, que acarreará el problemas.