El ajo es un producto rentable, y prueba de ello son los numerosos ajeros que durante estos días se emplean con ahínco en la recogida de este tubérculo que en la provincia de Zamora se expande principalmente por la zona de la Guareña y Tierra del Vino. Son agricultores que aúnan la tradición de un cultivo que heredaron en muchos casos de sus padres y abuelos y que hoy resulta una importante fuente de ingresos. Así lo ponen de manifiesto ajeros de Tierra del Vino que tienen en mente acudir a la Feria del Ajo de Zamora que se desarrolla entre los días 26 y 29 de junio.

Desde hace quince días que empezó la recogida del producto, este año se ha adelantado la campaña por las buenas temperaturas de mayo ya han sido varias las denuncias que ha habido por parte de los campesinos debido a los robos de ajos en la propia tierra. «Desde hace un tiempo los robos son el pan nuestro de cada día y el caso es que es relativamente fácil porque son fincas que están fuera del entorno urbano, en rústica, y por la noche es más sencillo para los ladrones actuar», explica José Bartolomé, uno de los ajeros de la zona que durante estos días se dedican con ahínco a entrelazar cerca de 1.500 o 2.000 ristras con las que piensan trasladarse a la capital. En la misma tarea se encuentra la familia de Amando Hernández, bien conocido por los numerosos trofeos con los que se ha alzado en las diferentes ferias de la capital « las ristras que presento al certamen las mimo de manera especial, ya tengo algunas separadas porque son mucho mas grandes y difíciles de entrelazar» subraya con entusiasmo quien el año pasado no conseguía los primeros puestos como en otras ediciones pero si el segundo puesto en el apartado del montón y el tercero en ristra .

Hasta hace bien poco la mercancía se extendía a orear incluso en las calles de los pueblos ajeros, como puede ser Cuelgamures, La Bóveda de Toro, El Maderal o Villabuena del Puentes, por citar algunos, pero precisamente la llegada de la delincuencia en forma de robos, ha propiciado que los ajeros trabajen de manera particular en sus garajes o patios con el fin de protegerse de los amigos de lo ajeno. La cosecha este año ha sido óptima «y ahora solo falta conseguir unos buenos precios, esperamos entre cinco y seis euros por una buena ristra, aunque también habrá horquilla para precios más inferiores, entre tres y cuatro euros. Depende de cómo esté de animada la gente».

Fuera de la Feria de San Pedro, a la que acuden los ajeros de la provincia, la venta continúa directamente con los clientes que acuden de fuera a cargar la mercancía ya en los propio pagos para su posterior venta y por supuesto con mucho menos trabajo para los propietarios de estas fincas.