Ni ha sido el mismo artefacto ni desde luego ha tenido las gravísimas consecuencias del suceso ocurrido el 2 de octubre de 1955. El reciente hallazgo de un proyectil en las inmediaciones del Teso de la Geroma de Fresno de la Ribera ha devuelto a la memoria del pueblo la tragedia acaecida hace 55 años, cuando la explosión de una bomba de mortero mató a tres niños de 8 y 13 años y provocó varios heridos.

Por fortuna, apenas hay similitudes con el caso reciente que ya investigan los técnicos de búsqueda y localización de explosivos de la Guardia Civil después de que el alcalde de Fresno de la Ribera, Emilio Fernández, descubriera al lado de autovía un artefacto que llamó su atención. De inmediato se dio aviso a la Benemérita, que trasladó a su personal especializado para manipular correctamente la munición y tomar las medidas pertinentes. Los especialistas pudieron comprobar, in situ, que el proyectil no tenía la espoleta, estaba sin carga por lo que se descartó el temor a que pudiera explotar.

La investigación que realizan los Tedax de Valladolid ha determinado que se trata de un proyectil de 75 milímetros de la época de la Guerra Civil. Lo que ahora se intenta identificar es el uso que se dio a la munición encontrada sin materia explosiva, el tipo de artefacto que lo pudo lanzar, sin descartar que pudiera proceder de las maniobras que realizaban en el Campamento de Monte la Reina. La localización, en las inmediaciones del Teso de la Geroma, hace pensar a los vecinos de Fresno en tal posibilidad, ya que hace años era relativamente fácil encontrar restos de metralla y bombas. Aunque de forma más esporádica, en la actualidad se siguen dando casos de hallazgos de material bélico.

Según han confirmado fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Zamora, este año se han producido tres intervenciones. Además de la reciente de Fresno de la Ribera, el 3 de marzo de 2010 apareció una granada de mortero (modelo Valero 50 milímetros) en un paraje de Toro. Y el 8 de mayo de este mismo año se localizó munición de similares características entre los escombros de la obra de una vivienda en Fuentesaúco. En ambos casos se trata de material procedente de la época de la Guerra Civil que retiraron los técnicos de desactivación de explosivos. Por fortuna en todos los casos los autores de los hallazgos actuaron correctamente, avisando de inmediato a la Guardia Civil y, desde luego, no manipulando el material.

Desgraciadamente no siempre ha sido así. En la crónica de sucesos española tiene un espacio nada desdeñable la cantidad de personas muertas o heridas por manipulación de material bélico. Y Zamora no ha sido ajena a estos accidentes.

Por ello, desde la Guardia Civil se insiste en la llamada a la prudencia si se encuentra algún tipo de armamento. Primero, no tener ninguna tentación de tocarlo ni manipularlo, señalizar el lugar y llamar a la Benemérita.