Sacyl iniciará en noviembre la prueba de detección precoz del cáncer colorectal para el tramo de población entre 65-69 años, que de manera progresiva se extenderá hasta personas de 50 años, de manera que 608.520 ciudadanos de la Comunidad de entre 50 y 69 años tendrán acceso a ese cribado universal en la cartera de prestaciones de la sanidad de Castilla y León.

El consejero de Sanidad, Antonio Sáez, facilitó esa información al Consejo Castellano y Leonés de Salud, que ayer celebró su sesión constitutiva después de la integración en un único órgano de participación de los anteriores Consejo Regional de Salud y Consejo General de la Gerencia Regional de Salud, de manera que cuenta con 49 miembros, entre los que se incorporan la confederación de vecinos, Cermi y la Federación de Diabéticos de Castilla y León.

Junto al cribado de cáncer de colón, se incorpora a la cartera sanitaria otras cuatro pruebas para recién nacidos, entre ellas la de trastornos metabólicos, según informó el consejero, quien destacó este dato después de unos años difíciles para la sanidad por los recortes presupuestarios, si bien subrayó que no se han reducido ni prestaciones, ni servicios ni derechos de los ciudadanos.

El test para la detección precoz del cáncer de colón es una prueba sencilla de sangre en heces con un coste individual de 3,96 euros, detalló Sáez en una rueda de prensa, para añadir que si el cribado es positivo se practicará al paciente una colonoscopia para verificar el diagnóstico, cuyo coste asciende a 402 euros. El índice de positividad estimado es del siete por ciento en el tramo de 65-69 años, que se reduce en edades inferiores.

Por otro lado, Sáez Aguado garantizó el mantenimiento de todas las prestaciones sanitarias aunque se cierren plantas de hospitales en función de la ocupación. Explicó también que algunas de las unidades cerradas tras el verano volverán a abrirse, pero se dimensionarán en función de las necesidades de hospitalización.

Sin embargo, el consejero aclaró que si un ala se ocupa o no «no quiere decir» que no se atienda al paciente de la especialidad que corresponde porque «parece» que cuando se habla de cierres de plantas «desaparece la prestación». En este contexto, recordó que el índice medio de ocupación de los centros hospitalarios de la Comunidad es del 74 por ciento, pero baja en verano y, por ejemplo, en diciembre, aumenta en función de la virulencia de la gripe. Además, Sáez Aguado incidió en que las dimensiones del sistema no tiene relación directa con el número de camas, que en Castilla y León se mantiene y se ha reducido muy poco en los últimos años, como en el conjunto de España, mientras la actividad ambulatoria ha aumentado la actividad y hay casos en los que las intervenciones no requieren una hospitalización.