Los trabajadores de la plantilla de World Wide Tobacco España se despidieron ayer de su centro de trabajo prácticamente de uno en uno. A medida que finalizaban sus tareas subían a las oficinas donde el jefe de personal les entregaba la documentación y el finiquito. Finalmente eran recibidos en su despacho por el consejero delegado. Vicente Sánchez les entregó individualmente el cheque con la indemnización, aparte del salario hasta el día 27.

Un total de 87 trabajadores fijos y fijos discontinuos, a cuenta gotas, fueron abandonando así las instalaciones fabriles. No sonaron sirenas ni hubo más despedidas que la ceremonia del finiquito por la que pasaron todos los empleados. El único acto que recordó lo sucedido en los últimos meses y en los últimos años fue breve y sentido. Los trabajadores hicieron un pequeño regalo a los miembros del comité de empresa y la emoción por los buenos y los malos momentos terminó por aflorar amargamente. «Es un día triste y de sentimientos enfrentados», explicó el secretario provincial de Comisiones Obreras, Eugenio González, que permaneció junto al comité de empresa durante toda la mañana y abandonó con sus integrantes las instalaciones casi a las cuatro de la tarde.

Las dos partes, ya lo anunciaron en su día, son conscientes de que el cierre no se produce debido a la crisis económica, sino porque la próxima temporada no hay tabaco que procesar y no hay trabajo por lo tanto. Las ayudas al sector también tienen caducidad y la caída de la demanda por la presión social y sanitaria, otras de las razones aducidas, también han contribuido a un cierre que para muchos de los actores estaba anunciado.

Ahora la fábrica esta en venta y según fuentes de los trabajadores, WWTE ya habría recibido ofertas por la maquinaria. Esta y las instalaciones, casi dos hectáreas, pertenecen a la sociedad que comenzó a operar con un capital social de 30 millones de pesetas posee un inmovilizado neto (terrenos, construcciones, maquinaria y otros) valorado en algo más de dos millones de euros, según las últimas cuentas presentadas ante el Registro Mercantil, a 31 de agosto de 2008.

WWTE ha sobrevivido casi seis años a la salida de Alliance One International, que vendió Agroexpansión y World Wide Tobacco España por un euro a finales de 2005 y dejó pagadas las indemnizaciones a los trabajadores con el máximo legal permitido, 45 días de salario por año de trabajo. Parte de la plantilla la ha cobrado en estos años a medida que dejaba la empresa. El resto fue indemnizado ayer. El monto total de la indemnización a todos los trabajadores alcanza los 2,5 millones de euros. A partir de hoy los 87 trabajadores fijos y fijos discontinuos de la plantilla buscan un nuevo empleo.