Las calles de Melgar de Tera se vistieron de colores, un año más, con motivo de celebrar la fiesta de la Juventud. Con un desfile callejero y posterior baile a cargo de una discoteca móvil se clausuraron en la tarde noche del domingo las actividades festivas de la semana cultural iniciada el lunes pasado con una chocolatada. Chocolate para iniciar los festejos y sangría para clausurarlos. Los jóvenes de Melgar se vuelcan en los actos desde hace décadas, cuando la peña «El Barrero» decidió promover una fiesta de la Juventud señalándola en el calendario para el segundo domingo de agosto.

Desde entonces, la cita anual más esperada consiste en la concentración de grupos ataviados con los más diversos motivos y colores como si de un carnaval de verano se tratase. El secreto mejor guardado, se desvela cuando los atronadores disparos de cohetes y bombas anuncian el inminente desfile multicolor. Muchos colores en los cuerpos y en las caras.

Quien más y quien menos no sale de Melgar sin las agradecidas huellas de la pintura reflejadas en su rostro. Desde los más madrugadores, los denominados como «negociantes» con su original y ligera vestimenta amarilla, la cuadrilla de toreros tiñendo de rojo el albero de la plaza y mostrando su manejo con la muleta ante el bravo toro embistiendo por doquier, los pitufos disputando al cielo su color azul, los murciélagos anunciando la noche, o los aguerridos negritos, la joven brigada del capitán Salami con ligero atuendo de color blanco desenfundando una caña de maíz, los inquietos coches de choque. Así hasta completar un amplio abanico de motivos llenos de rico cromatismo. El grupo de damas de la aristocracia, intrépidos piratas enarbolando su estandarte, las elegantes mariquitas, las sesiones de spa, hawaianas, palestinos, caperucita roja, los años 60, indios, vaqueros, piratas, Napoleón, una pareja de ángeles y un largo etcétera de personajes históricos, de cuento y de ficción.

Las risas agradecidas de los niños, los aplausos de los mayores y la complicidad del espectador procuraron una comitiva participativa en la que los sonidos musicales de la agrupación «Charabanda» de Benavente se hacía notar a su paso por las calles de Melgar. Casi todo el pueblo se disfraza para participar en el desfile. Esta es la característica más común.

No faltó la habitual cita ante Paquita para recoger una buena cantidad de kilos de caramelos lanzados al aire. Ni el acostumbrado chapuzón lanzando algún cubo de agua desde el balcón, así como la ya tradicional sangría para refrescar los sudorosos cuerpos de los participantes. La organización elaboró una cantidad de 200 litros para animar la fiesta.

Melgar de Tera iniciaba el lunes la semana cultural con una representación teatral, prolongando el programa de actos con una comida en la ribera del río organizada por la asociación San Pedro Apóstol, juegos y atracciones infantiles, magia, concursos, exposiciones, verbenas, bailes regionales y el I festival de música rock.

La velada en la pista de baile ponía el broche final del programa de la Semana Cultural y fiesta de la Juventud en Melgar.