La soledad no deseada aumenta el riesgo de suicidios entre las personas mayores de la provincia de Zamora

La soledad no deseada es la principal causa del aumento de suicidios entre las personas mayores. En España viven aproximadamente cinco millones de personas solas, de las cuales más de dos millones son mayores de 65 años. El problema, como indica el presidente del Colegio de Psicólogos de Zamora, Diego Manuel Rodríguez Simón, es la diferencia entre "vivir solo porque tú lo eliges y te encuentras más a gusto de esta manera o vivir solo porque has enviudado o porque has enfermado y no lo has elegido, los hijos se han ido de casa y te has quedado totalmente aislado".

Esta es la llamada soledad no deseada que sufren cada vez más personas, sobre todo, en provincias de la llamada España Vaciada, como es Zamora. "Hay muchas personas en esta situación que son incapaces de afrontarla y les lleva a la desesperación. Son personas que, muchas de ellas, ya tienen problemas importantes de salud, e incluso algún grado de dependencia. Y, lógicamente, pues ya sin aspiraciones laborales, familiares, personales... Llega un momento en que se desesperan y se dejan ir", dice.

En Zamora, el incremento de una población vez más envejecida que vive en zonas rurales dispersas ha hecho saltar la voz de alarma de los profesionales por el aumento de mayores que se quitan la vida. En la provincia, de los 15 suicidios registrados en 2023, la mayoría corresponden a personas de más de 65 años.

La forma de afrontar la soledad puede ser lo que desencadene este triste final. "Puede ser una forma proactiva o puede ser una forma reactiva, como todo en la vida. Podemos tomar la iniciativa de lo que queremos que nos pase o esperar a que nos llegue, pero cuando una persona está desesperada ¿qué es lo que ocurre? Que adopta una actitud reactiva-pasiva", explica el psicólogo.

Ante ello, es importante encontrar una ilusión de vivir porque "la soledad, como muchos otros aspectos de la vida, no es una realidad, es una percepción. Es decir, puedes estar sola físicamente y no sentirte sola, porque entiendes que hay gente que está conectada contigo emocionalmente o puedes estar en un grupo rodeada de gente y sentirte sola, porque no conectas con ninguno", aclara.

Prevenir el suicidio entre las personas mayores debido a la soledad no deseada debe ser un trabajo en conjunto de toda la sociedad. "Las familias deben estar pendientes de los abuelos y las abuelas sino es físicamente, al menos telefónicamente mantener un contacto regular con ellos. De tal manera que ellos se sientan valorados, se sientan queridos, arropados y amparados", aconseja.

Labor institucional

No obstante, también debe ejercerse una labor desde las instituciones ya que hay muchas personas que no cuentan con el apoyo familiar. "Es fundamental la implementación de programas a través de ONG de visita a estas personas que ya se hace en muchas ciudades y consigue que esos mayores sientan esa sensación de amparo y que se les devuelva la ilusión", añade.

"El que llegue el miércoles o el viernes, el voluntario o la voluntaria de la ONG y charle un rato con ellos, les ayude en aquello que esté de su mano, pues, lógicamente, les devuelve un poco la ilusión", comenta. Ilusión que no tiene nada que ver con las acciones que se hacen para cubrir necesidades básicas o llevar a cabo programas de actividades para mayores, ya que "estas personas que perciben su soledad de manera pasiva no se van a apuntar", indica.

Detección para prevenir

"No podemos esperar que ellos vengan, hay que ir a buscarlos. Pero, primero hay que detectarlo, que no siempre es fácil porque una persona pasiva puede pasar desapercibida", reitera.

Esta ayuda se da en muchos casos de manera espontánea a nivel social. Aunque, no siempre es suficiente por lo que lo aconsejable, indica el presidente del Colegio de Psicólogos sería implementar medidas más planificadas y estructuradas para "ser capaces de detectar las necesidades de estas personas, e iniciar acciones tendentes a mejorar su percepción de la soledad".

El problema es la persona que se queda en su casa, viendo el tiempo pasar... hasta que se cansa de verlo pasar

La improbabilidad de que estas personas tomen la iniciativa de solicitar ayuda es lo que hace tan necesaria la detección.

Para ello, también propone la implementación, por ejemplo, de "una especie de buzón de avisos o de sugerencias, donde personas pudieran avisar a determinadas instituciones de que hay una persona en situación de riesgo porque la persona que llama por teléfono, la persona que pide ayuda, la persona que se apunta a actividades, acaba encontrando esa ilusión. El problema es la persona que se queda en su casa, viendo el tiempo pasar... hasta que se cansa de verlo pasar", concluye.

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