La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

El casco antiguo de Zamora se agota: el cierre de la tienda de Carla como síntoma

El final del negocio de alimentación de la plaza de los Ciento supone el enésimo golpe para una zona cuyos vecinos lamentan el abandono y la consiguiente pérdida de habitantes

Carla Rodríguez, junto a una vecina, a las puertas del comercio que cerró hace diez días. | Jose Luis Fernández

En el casco antiguo de Zamora, todo el mundo conoce a Carla, la mujer de la tienda, la vecina menuda y enérgica que ha abastecido al barrio durante las últimas cuatro décadas, la que estaba siempre ahí para cualquier apuro, para charlar, para escuchar las penas o compartir las alegrías, para tirar hacia delante con un negocio de alimentación que hace diez días echó la llave por última vez. “Llevábamos meses sin coger sueldo ninguno”, explica la protagonista, que ha decidido jubilarse y poner el candado en un local que ha sido su vida y su sustento: “He vivido tantas cosas aquí...”, recuerda, casi sin poder contener las lágrimas.

El cierre de la tienda que Carla Rodríguez y su marido, Manuel Santos, sostuvieron durante años y años en la plaza de los Ciento, al pie de la Rúa de los Notarios, supone un golpe sentimental, pero también una faena en la práctica para los vecinos. Las alternativas para hacer la compra se limitan ahora a otro pequeño negocio en la Rúa de los Francos o a cambiar de barrio para abastecerse, con los problemas que eso conlleva, particularmente para las personas mayores.

Arriba, un local cerrado; abajo, una terraza junto a otro negocio que no triunfó. | Jose Luis Fernández 

Además, esa realidad se ve acompañada por una escena de locales vacíos a lo largo del eje que va de Viriato hasta la Catedral. Solo en los últimos meses, una sucursal bancaria, un quiosco, y un negocio de hostelería se han unido a una lista de cierres interminable. Solo hay que darse un paseo por la zona para ver la estampa.

El casco antiguo se agota

“Todo han sido trabas. Nos han puesto zancadillas al no va más”, apunta Carla Rodríguez, que cambia la voz temblorosa y emocionada de la nostalgia por un tono enérgico cuando se trata de reivindicar: “A veces me confundo y digo casco viejo en vez de casco antiguo. Por aquí pasan los turistas y siempre dicen: vaya centro más bonito tienen, pero qué abandonado”, narra esta comerciante de toda la vida, que siempre replicaba con la misma frase: “Vayan a decírselo al Ayuntamiento”.

Los tiempos de la Escuela de Idiomas

Rodríguez rememora así los tiempos en los que la Escuela de Idiomas o la Escuela de Artes daban otra vida al entorno: “Desde que lo quitaron, esto se ha ido a pique. Aquí teníamos carnicería, pescadería... qué pena. Es una pena, de verdad”, lamenta la recién jubilada, que alterna las críticas con los viajes a un pasado que ahora vuelve a ella de forma recurrente: “Las semanas santas que hemos disfrutado aquí y ahora, si pudieran quitárnosla, también se la llevaban a otro sitio”, se resigna.

ZAMORA. LOCALES COMERCIALES CERRADOS EN CASCO ANTIGUO JOSE LUIS FERNANDEZ

En el discurso de esta mujer aparecen referencias a las trabas que existen para acceder con el coche a la zona, y emergen pullas hacia alguien a quien una vez vio como un aliado y que no ha cumplido sus expectativas desde el poder: “Me cabrea que Guarido zapateara el casco antiguo a todas horas antes de ser alcalde y que en estos años no haya hecho nada por ayudarnos”, indica.

La amargura de Carla Rodríguez por el abandono que, a su juicio, padece el vecindario se percibe también en los negocios de hostelería que aún resisten como supervivientes en medio de un campo de batalla regado de víctimas. El bar contiguo al que regenta Antonio Vivero exhibe varios carteles de inmobiliarias donde, en tiempos mejores, mostraba la carta. Ha pasado más de un lustro desde el último servicio de comidas.

ZAMORA. LOCALES COMERCIALES CERRADOS EN CASCO ANTIGUO JOSE LUIS FERNANDEZ

“Cuando yo me marche de aquí, lo más normal es que este también se cierre”, reflexiona Vivero, que analiza la decadencia de la zona y que menciona los problemas que pone Patrimonio para llevar a cabo cualquier cambio en el entorno. Desde el Ayuntamiento, el concejal de Hábitat Sostenible, Romualdo Fernández, ha aludido en varias ocasiones a otra problemática que afecta a la zona: “una propiedad muy concentrada en muy pocas manos”. “Ellos tienen los edificios, pero carecen de iniciativa de cara a vender o rehabilitar, a lo que hay que sumar la ausencia de demanda”, indicó el edil, en declaraciones a este medio en diciembre del año pasado.

En su programa electoral para las elecciones de 2019, Izquierda Unida incluía un epígrafe en el que mostraba su intención de modificar el Plan Especial del Casco Histórico

decoration

En su programa electoral para las elecciones de 2019, Izquierda Unida incluía un epígrafe en el que mostraba su intención de modificar el Plan Especial del Casco Histórico “para facilitar la rehabilitación, construcción y la actividad comercial” y para promover “un espacio atractivo para vivir y para generar riqueza”. Sin embargo, esa intervención parece más que lejana. “Hay que reconocer que el Plan Especial impone unas normas sobre la construcción que fuera de esta zona no existen, pero tampoco creemos que este sea el principal problema”, deslizó en su momento Romualdo Fernández.

Lo cierto es que, mientras tanto, el casco antiguo en general, y la parte más cercana a la Catedral en particular, van perdiendo negocios y vecinos. Desde 2018, la zona ha visto cómo se esfumaban 138 habitantes: “Es la crónica de una muerte anunciada”, se resigna Carlos Prieto, responsable de dos negocios de hostelería en la zona: “En el eje entre la plaza de Viriato y la Catedral no se está haciendo nada, y solo unos pocos apuestan por el casco antiguo”, opina el profesional.

“Todo lo miran con lupa y, si quieres hacer algo, te llevas un zasca. Me parece una vergüenza”, insiste Prieto. Un ejemplo concreto tiene que ver, en su caso, con las sombrillas. En el resto de la ciudad, las marcas se las ofrecen de forma gratuita a los negocios; en la Rúa de los Notarios, no puede aparecer la publicidad y las tiene que pagar él. No son precisamente baratas. “No hay ningún estudio para revitalizar esto y no dan una solución”, apostilla el afectado.

ZAMORA. LOCALES COMERCIALES CERRADOS EN CASCO ANTIGUO JOSE LUIS FERNANDEZ

Una de sus críticas, compartida por el resto de las personas consultadas, apunta al edificio del Consejo Consultivo. Algunos opinan que podría haberse construido un centro de salud - ahora, los vecinos han de desplazarse al Santa Elena - y otros ofrecen distintas alternativas, pero la conclusión siempre es la misma: “Eso es un cementerio de dinosaurios que no nos aporta nada”, resume Prieto.

“Cumplimos muchas normas absurdas y luego somos el culo del mundo”

decoration

El hostelero alude igualmente al “abandono” del Ayuntamiento, enumera los negocios que se han cerrado en los últimos tiempos, alerta sobre la necesidad de trasladar más eventos a la Catedral y al Castillo y critica la ausencia de diálogo entre los responsables y los interesados: “Cumplimos muchas normas absurdas y luego somos el culo del mundo”, afirma Carlos Prieto, visiblemente enfadado además con el elevado coste de determinados locales. “Aquí cerca han pedido 60.000 euros por un establecimiento de apenas 45 metros cuadrados. El problema es que todo es de cuatro o cinco familias”, destaca, en línea aquí con el mensaje municipal.

Ahora, el cierre de la tienda cercana deja a este hostelero con otro problema encima: “Para mí es una faena. Antes, siempre estaba a mano si necesitabas un litro de leche o cualquier cosa de urgencia”, se lamenta Prieto. El barrio entero echará de menos esa disposición de Carla que, al pie de su negocio, abraza con cariño a una vecina: “Con esto me quedo después de tantos años. De todo lo malo me voy a olvidar”, concluye.

Compartir el artículo

stats