En el año 2021, Zamora le puso el broche al verano con una noticia esperanzadora: tras el veloz avance de las últimas semanas de agosto en el vacunódromo de Ifeza, la provincia se convirtió, durante las primeras jornadas de septiembre, en el primer territorio de Castilla y León en alcanzar la inmunidad de grupo contra el COVID. Dicho de otro modo: en aquel momento, un 80% de las personas citadas para recibir las dos dosis correspondientes a la pauta inicial de vacunación habían recibido ambos pinchazos y habían adquirido un importante grado de protección contra los cuadros más graves causados por la enfermedad.
Un avance paulatino
En aquel momento, la noticia se percibió como un avance notable para acabar de raíz con los dramas humanos, las restricciones incómodas y la ralentización económica que llevaba año y medio golpeando a Zamora y al resto del planeta. Lo que ocurrió, sin embargo, distó mucho de un final abrupto para la pandemia. Como ya habían advertido muchos expertos con carácter previo, la salida de la crisis sanitaria está siendo larga y se está activando de manera gradual, de tal modo que no se podrá fijar un momento exacto como el instante en el que todo terminó.
No obstante, si se echa la vista atrás por el año que ha transcurrido desde aquel 80% de la población vacunada, sí se observan cambios de gran calado que han ido llegando de forma progresiva. De hecho, en este periodo, se ha borrado prácticamente cualquier tipo de restricción a la actividad o a la libertad de movimientos; casi nadie se acuerda ya de los horarios de la hostelería, se han relajado las medidas relacionadas con la distancia de seguridad o las cuarentenas para los positivos y, por supuesto, ha dejado de ser obligatorio el uso de la mascarilla tanto en interiores como en exteriores, salvo en contadas excepciones dentro de los centros sanitarios, las farmacias o el transporte público.
Todo ello, tras un año en el que los ciudadanos percibieron cómo la vacunación les permitía soportar sin encierros determinados golpes como el provocado por la irrupción de la variante omicron, que llevó a los contagios a cifras alarmantes, pero que dejó muchas menos víctimas por el camino.
Las cifras lo dejan claro
En ese sentido, sin que las desgracias humanas hayan cesado por completo, las cifras son claras: en el último año, Zamora ha registrado el doble de casos que en la fase anterior de la pandemia y ha registrado la mitad de muertes. Entre marzo de 2020 y septiembre de 2021 se detectaron 18.076 contagios en la provincia; ahora, la cifra alcanza los 54.310. En lo referente a los decesos, se ha pasado de 460 a 674, 214 más, según Sanidad.
A este descenso hay que sumarle el hecho de que el control del número de contagios se ha vuelto mucho más laxo de un tiempo a esta parte, especialmente desde que se eliminó la baja laboral por motivo de la enfermedad, y que la sociedad vive ahora sin ningún tipo de restricción, al contrario que en la fase previa a la vacunación masiva, cuando los toques de queda, los cierres perimetrales y las cuarentenas se convirtieron en términos tristemente habituales.
En esta fase, con la vida ciertamente normalizada, Zamora ha visto además cómo la incidencia se ha ido reduciendo en las últimas semanas del verano hasta llevar la tasa de casos COVID al mínimo del año 2022, según la estadística actualizada dos veces por semana por la Consejería de Sanidad.
Mejores cifras
En estos momentos, Zamora se sitúa en 362 contagios por cada 100.000 habitantes a 14 días, después de alcanzar los 1.700 a mediados del mes de julio. El tope de 2022 llegó en enero, con una tasa que rozó los 2.500. Antes de la vacunación, esa cifra habría resultado tremendamente alarmante para las autoridades y para una sociedad que sigue escapando de las garras del COVID con el objetivo de que quede atrás como un mal recuerdo.
A comienzos del mes de septiembre de 2021, Zamora se convirtió en la primera provincia de Castilla y León en alcanzar la inmunidad de grupo. Habían transcurrido 18 meses de pandemia y otros 9 de proceso de vacunación, pero finalmente Sanidad había logrado proteger con la pauta completa inicial de dos dosis a un 80% de los ciudadanos residentes en el territorio y citados para el proceso. Desde entonces, y con la colaboración posterior del pinchazo de refuerzo, la sociedad ha ido escapando de las principales restricciones provocadas por una crisis sanitaria que, si bien no ha remitido del todo, hace tiempo que condiciona mucho menos la vida de las personas. Las luces ya se imponen por mucho a las sombras.
La cifra de ingresados por coronavirus asciende a 26 pacientes
A pesar de que la incidencia se ha reducido mucho en las últimas semanas y de que la vacunación ha provocado un alivio evidente en el Complejo Asistencial, el coronavirus sigue golpeando con dureza a algunas personas de la provincia. De hecho, en estos momentos, todavía hay 26 pacientes COVID hospitalizados, que tratan de recuperarse de los efectos más dañinos de la enfermedad. La parte positiva de esas cifras es que todos ellos se encuentran en la zona de planta, por lo que, ahora mismo, no hay ningún paciente COVID en la Unidad de Cuidados Intensivos del Virgen de la Concha. Lejos quedan, por tanto, aquellos tiempos en los que esta zona del hospital tuvo que lidiar con cerca de una veintena de enfermos de coronavirus y se vio obligada a habilitar una UCI extendida para dar cabida a todas las personas que llegaban con cuadros graves, algunas de ellas relativamente jóvenes y sin padecer ninguna patología previa.
Sanidad ha administrado más de 400.000 dosis en la provincia
La vacunación contra el coronavirus, que comenzó a finales de 2020 y se intensificó a mediados de 2021, ha llevado a Sanidad a administrar más de 400.000 dosis entre la población de la provincia. En concreto, 407.423 a lo largo de las diferentes fases que ha seguido el proceso en estos 21 meses. Según las estadísticas actualizadas por la Junta de Castilla y León, un 92% de los ciudadanos de la provincia cuentan con, al menos, una dosis, mientras que un 90,1% tiene también la segunda, lo que sería la pauta inicial completa. En lo tocante a la tercera dosis, sí que se nota un descenso en la cifra de personas que la han recibido, que no alcanza el 70% del total de los habitantes de la provincia. Aun así, Zamora se encuentra por encima de la media autonómica.
