Con la inauguración del último tramo de alta velocidad el pasado 21 de Diciembre de 2021 entre Pedralba de la Pradería y Orense, se abre un nuevo capítulo en la historia del Ferrocarril directo entre Madrid y Galicia. Mientras se pone de relieve este nuevo hito, la línea convencional ha quedado por ahora relegada a un ínfimo tráfico de trenes de mercancías, y solamente un tren de viajeros, en el tramo Medina del Campo a Puebla de Sanabria.

Patrimonio histórico industrial

Han transcurrido 69 años desde que esta línea, construida con un trazado audaz, se pusiera en servicio con grandes expectativas.

A.F.Z.

Patrimonio histórico industrial

Fue necesario vencer enormes dificultades, como la complicada orografía (que requirió de obras de gran magnitud), los medios y la mano de obra empleados, los condicionantes políticos que concurrieron a lo largo de su estudio y construcción; tras muchos años fue por fin inaugurada con toda solemnidad, y con el convencimiento de que este enlace ferroviario, además de mejorar las comunicaciones, impulsaría la economía y el crecimiento de buena parte de los territorios por los que transcurre.

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Para ello, se proyectó su trazado para vía doble, (aunque finalmente se construiría en vía única y sin electrificar) sin pasos a nivel, y con unas estaciones dotadas de instalaciones innovadoras para su época, preparadas para un intenso y fluido tráfico de viajeros y mercancías.

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Para las estaciones y casillas que encontramos a lo largo de esta línea, se construyeron edificios singulares, muchos de ellos inspirados en la arquitectura popular de las comarcas por las que discurre este Ferrocarril; otros en cambio, han sido réplicas de construcciones realizadas para otras líneas existentes, como las proyectadas por el arquitecto Ramón Cortázar para el Ferrocarril del Urola entre Zumárraga y Zumaya, en la provincia de Guipúzcoa.

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Su construcción dio comienzo en 1928, estableciéndose en el primer tramo, bajo la supervisión del ingeniero D. Antonio Salazar, tres tipologías bien diferenciadas.

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La primera y más sencilla, correspondía a la elegida para las estaciones de La Hiniesta y Andavías. Se trataba de edificios construidos en ladrillo, siendo prácticamente idénticos, con una galería sustentada sobre esbeltas columnas, que en el caso de La Hiniesta se asomaba hacia las vías, y en el de Andavías lo hacía hacia el patio de viajeros. Un sencillo enfoscado de hormigón y discretos elementos decorativos en los dinteles de puertas y ventanas conformaban la discreta ornamentación de estos edificios.

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La segunda tipología fue utilizada para unos edificios de inspiración francesa, materializados en las estaciones de Carbajales de Alba, Losacio-San Martín, Sarracín de Aliste y La Torre de Aliste. Estos edificios, de gran similitud entre ellos, son mucho más esbeltos, poseen tres cuerpos, de los que se destacan los extremos a modo de torreones, y están rematados por pronunciadas cubiertas de pizarra. Fueron construidos en ladrillo, aunque con revestimiento de sillarejo, que le otorga un aspecto rústico, a la vez que elegante. Con posterioridad, alguno de ellos recibió un enfoscado de hormigón en sus fachadas, creando entre ellos otro elemento diferenciador.

Toque de distinción

Pueden observarse pequeños detalles que dan un toque de distinción particular a cada edificio, como los remates de las chimeneas. Los edificios anejos que se construyeron para los retretes y servicio de lamparería, guardan una estética similar a la de cada edificio de viajeros en particular.

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El tercer modelo que encontramos, emplea los materiales y elementos de la arquitectura popular sanabresa, a medio camino entre Castilla y Galicia, pero con diseños completamente distintos. Se trata de los edificios de Abejera, San Pedro de las Herrerías, Linarejos-Pedroso, Robledo de Sanabria y Puebla de Sanabria. En este caso, sólidas construcciones de piedra sin desbastar conforman unos edificios de menor altura y gran solidez, rematados también con cubiertas de pizarra.

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Tal vez por su situación geográfica (algunas se encuentran a más de 4 kilómetros de distancia de los núcleos urbanos) poco práctica, o por los consabidos problemas de despoblación que padecemos en esta zona de España, muchas de estas estaciones tuvieron una vida útil bastante breve; algunas perdieron el personal que las atendía, echando el cierre tras casi dos décadas de servicio. A pesar de servir como apeaderos, esos cierres fueron dando paso al abandono, y paulatinamente a un deterioro progresivo, potenciado por las sustracciones de material y finalmente el estado de ruina.

En abandono

Quedaron así abandonados, los edificios de La Hiniesta, Andavías, Losacio-San Martín, Abejera, La Torre de Aliste y Robledo de Sanabria. A principios de los años 90, la empresa pública RENFE, que gestionaba entonces la Red ferroviaria de vía ancha, realizó un estudio para valorar el estado de conservación de estos inmuebles, con objeto de verificar si era posible acondicionarlos para rehabilitarlos como apeaderos. Todos ellos fueron descartados para ser reutilizados, mientras se proponía la construcción de marquesinas o pequeñas cubiertas en las inmediaciones, para prestar este servicio. En cualquier caso, ni edificios ni nuevas construcciones fueron considerados finalmente, quedando aislados definitivamente de todo servicio ferroviario.

En varias ocasiones se ha llamado la atención sobre el estado de las antiguas estaciones, su incierto futuro, y sin embargo de las enormes posibilidades que ofrecen de poder ser rescatadas de la desidia y el abandono.

ASOCIACIÓN FERROVIARIA ZAMORANA

La Asociación Ferroviaria Zamorana se constituye en el año 2005, por un grupo de zamoranos entusiastas del mundo del Ferrocarril. Se crea como Asociación Cultural sin ánimo de lucro y está integrada en la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril con el nº 89, así como en la Sección Española de la Federación Europea de Ferroviarios.

Trabajamos en el fomento de cualquier actividad encaminada al conocimiento, conservación y recuperación del Patrimonio ferroviario, así como en la cooperación con cualquier Organización, Institución o Fundación, que actúe sobre los aspectos históricos y actuales del Ferrocarril, particularmente en nuestra provincia, en cualquiera de sus manifestaciones.

Tal como figura en nuestros estatutos, la A.F.Z. tiene entre sus objetivos fundamentales,

-Mantener y potenciar la cultura ferroviaria a través de la preservación de material y documentación histórica, así como el establecimiento de actividades lúdicas y formativas, que fomenten esta afición.

-Fomento del uso del Ferrocarril como medio de transporte público, social, seguro y ecológico.

-Defensa de la reapertura del Ferrocarril de la “Ruta de la Plata”, como nexo de unión del Oeste de Castilla y León, así como de otras líneas transversales cerradas.

Desde su fundación, alguna de las actividades que habitualmente desarrolla la Asociación son:

-Rescate y restauración de material histórico ferroviario.

-Organización de viajes culturales en tren.

- Jornadas culturales y apoyo en proyectos educativos.

-Talleres de modelismo, construcción de maquetas y dioramas.

- Exposiciones.

-Colaboración con otras Asociaciones e instituciones.

-Investigación en Archivos, recopilación y estudio de documentos.

-Simulador de conducción de locomotora serie 333.

-Modelismo tripulado en 5 pulgadas.


La primera llamada de atención que nos consta sobre su estado y la conveniencia de intervenir para frenar su deterioro, la hizo a finales de los años 80 el profesor D. Luis Aliste Santos, miembro entonces de la antigua Asociación de Amigos del Ferrocarril, y posteriormente de la Asociación Ferroviaria Zamorana.

En aquellos tiempos ya estaba vigente el proyecto educativo “Escuelas viajeras”, instrumento de comunicación intercultural, gracias al cual los alumnos pasaban una semana en lugares debidamente habilitados en el medio rural, pudiendo así propiciar un método didáctico más activo desde la cercanía con el medio ambiente, favoreciendo las actitudes de comprensión, tolerancia y respeto.

D. Luis Aliste elaboró un estudio con objeto de rescatar aquellas estaciones abandonadas y acondicionarlas adecuadamente mediante escuelas-taller, que además fomentarían el empleo, para ser utilizadas en el plan de “Escuelas viajeras”.

Si bien fue una idea acogida con gran interés a nivel local y provincial, no fue posible llevar a cabo aquel proyecto. Este profesor no se dio por vencido, y fundó una asociación en defensa de las estaciones abandonadas del Ferrocarril (ADESFER), con la que lamentablemente tampoco fue posible alcanzar sus objetivos.

También fueron estudiadas en 1997 estas estaciones (año en el que definitivamente dejaban de tener parada los trenes de viajeros en San Pedro de las Herrerías y La Torre de Aliste) que fueron incluidas en el proyecto “Aliste 2000” considerándolas para su aprovechamiento como residencias para la tercera edad, e incluso como hoteles de lujo, una vez conseguida su cesión. Tampoco en esta ocasión sería posible rescatarlas de la ruina...

Desde la Asociación Ferroviaria Zamorana, se ha facilitado documentación y asesoramiento a estudiantes de la Escuela Politécnica Superior de Zamora, para el desarrollo de cuatro Trabajos de Fin de Grado orientados a la recuperación y puesta en valor de estas estaciones. También se trasladó esta cuestión a la Excma. Diputación Provincial de Zamora, y aunque la receptividad fue total, problemas administrativos como la cesión de los edificios, y el considerable presupuesto requerido, hicieron inviable nuevamente su recuperación.

Y todo continuó sin más novedades que el triste abandono y desolación que reinaba en estas construcciones. Los 21 edificios de las antiguas casillas para conservación de vía repartidos entre Zamora y Puebla de Sanabria, desprovistos de sus cubiertas, fueron los que experimentaron un deterioro más rápido, llegando en la mayoría de los casos a arruinarse por completo. Pero fue la estación de Losacio-San Martín el primer edificio que estuvo a punto de desaparecer, y en su caso, por circunstancias naturales. En los años 90, una fuerte tormenta descargó un rayo sobre su cubierta, provocando un incendio que destruyó la misma, quedando desde entonces sus paredes y estructura al descubierto. Este edificio nos da una idea de la extraordinaria calidad de estas construcciones, que sometido durante años a la acción directa de los elementos, continúa manteniendo su estructura íntegra.

Fue sin embargo la estación de La Hiniesta la primera sobre la que se llevó a cabo la demolición de sus edificios, hecho acaecido a mediados del año 2016, con motivo de la explanación de los terrenos para la construcción de la Base de Mantenimiento de la línea de alta velocidad.

Pero los últimos acontecimientos, se precipitaron a raíz de una denuncia en medios de comunicación y redes sociales sobre el estado de ruina y abandono de la estación de Andavías, cuya cubierta se había colapsado parcialmente sobre la galería del edificio de viajeros en el año 2019. Se dio la voz de alarma sobre una cuestión que lamentablemente ya poco remedio podía tener, y en la que a su gestor, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, se le señalaba como responsable. Tras el revuelo ocasionado a raíz de esa denuncia, ADIF realizó un estudio de todas las estaciones de la línea entre Zamora y Puebla de Sanabria, tomando la decisión, fundamentalmente por motivos de seguridad, de proceder al derribo de los edificios de Andavías, Losacio-San Martín, Abejera y La Torre de Aliste-Pobladura.

Tal como estaba previsto y sin otra solución, se procedería en diciembre de 2021 a la demolición de los edificios de la estación de Andavías, así como las viviendas auxiliares del exterior. Un hecho inevitable a esas alturas y que ya se daba por asumido, pero que nos causó indudablemente tristeza, haciéndonos reflexionar sobre la fascinante historia de esta línea y sus estaciones, y la urgencia de preservar unos edificios de indudable valor arquitectónico e histórico.

Teniendo conocimiento de esta decisión que debía ejecutar la Dirección de Patrimonio en el transcurso del año 2021, la Asociación Ferroviaria Zamorana se puso en contacto con dicho Organismo, así como los ayuntamientos afectados (Losacio, Riofrío de Aliste, La Torre de Aliste y Mahide) para tratar de buscar un solución que en principio pasaría por el alquiler de los inmuebles para su rehabilitación. La receptividad por parte de los ayuntamientos ha sido total, y salvo el edificio de viajeros de Andavías y las viviendas auxiliares de esta estación, de los que ya no había posibilidad alguna de intervención, se ha llegado a un primer acuerdo con la Dirección de Patrimonio de ADIF, que por el momento ha paralizado los planes de derribo, con el compromiso de que a través de iniciativa privada, sean alquilados los edificios para ser rehabilitados. En este sentido, nos satisface saber que el primer edificio que va a ser recuperado, así como parte de su entorno (Muelle cubierto, retretes y viviendas de los empleados) será el de la estación de Abejera.

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Estación de tren de Andavías en ruinas La Opinión de Zamora

Estaciones de Losacio y La Torre

Esperamos por ello que las estaciones de Losacio-San Martín y La Torre de Aliste-Pobladura, puedan ser igualmente rehabilitadas, con lo que habremos conseguido preservar otra parte de nuestro patrimonio ferroviario, y una etapa significativa de nuestra historia moderna. Consideramos que frenar su deterioro, recuperarlas y ponerlas en valor dándoles un segundo uso, además de ser una obligación como zamoranos, estamos convencidos de que supone un magnífico aliciente y estímulo para el medio rural de esta parte de la provincia, que tiene la suerte de contar con este Patrimonio.

Patrimonio que representa valores como Historia, Arquitectura, y como no, atractivas posibilidades de uso, como centros de turismo rural, sedes de empresas locales, etc.

No podemos si no fijarnos en la provincia de Orense, donde en 2003 gracias a los fondos económicos del Plan INORDE, pudieron ser restauradas todas las estaciones de esta línea en su parte gallega, (muchas de ellas ubicadas en zonas bastante alejadas de toda población, con accesos complicados, y también en distintos grados de abandono) y que hoy en día se conservan y mantienen en todo su esplendor, como por ejemplo la de Baños de Molgas, sede de la Casa-Museo de Moncho Borrajo.

Desde nuestra Asociación somos perfectamente conscientes del enorme esfuerzo que supone recuperar estas edificaciones, aunque no es menos cierto que no podemos obviar un legado de nuestra historia ferroviaria y de nuestros antepasados, que urge mantener y proteger.

Singulares edificios de otra época, construidos con gran esfuerzo, ilusión y expectativas en tiempos difíciles, y que debemos preservar dignamente para futuras generaciones. No olvidemos que nuestro Patrimonio Industrial no es menos importante que cualquier otro tipo de bien histórico.