La reactivación del consumo tras la parálisis a causa de la pandemia del coronavirus ha derivado en un incremento de la recaudación por IVA del 18% en el conjunto de la provincia, lo que se traduce en algo más de 28 millones de euros entre enero y septiembre respecto a los mismos meses del pasado ejercicio. Este es solo un indicador de la recuperación de la actividad económica que ya se está dando en todos los sectores y que se contempla a la perfección en el dinero que cosecha el Estado por la vía de los impuestos. Durante el periodo de tiempo citado, en Zamora se han producido ingresos tributarios por valor de 118 millones de euros, que es un 17% más que en el 2019. Datos que corroboran una tendencia al alza que deberá cristalizar en el último trimestre del año.

Un análisis territorial permite comprobar cómo los ingresos tributarios del Estado se han elevado en la provincia de Zamora de manera generalizada. El Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), por ejemplo, recaudó 70,1 millones de euros, con un incremento por encima del 20% respecto al ejercicio inmediatamente anterior. El IVA, por su parte, creció un 17,8% hasta los 28,5 millones de euros. Y respecto al Impuesto de Sociedades, la recaudación bajó un 0,6% hasta los 16,2 millones de euros.

Las cifras que aporta la Agencia Tributaria apuntan que, a nivel regional, el impuesto de mayor crecimiento entre enero y septiembre fue el de Sociedades, que se disparó un 67% y aportó a las arcas estatales 565 millones de euros, que son 227 millones de euros más que el año anterior. Además, el incremento del consumo permitió un considerable crecimiento de los ingresos registrados por el Estado en Castilla y León a través del IVA, que supuso 956 millones de euros de recaudación, un 20% más y 164 millones por encima del dato del pasado 2020. Por su parte, el IRPF siguió siendo el impuesto más recaudador, con una aportación de 1.685 millones de euros, con una subida del 11% y 168 millones de euros por encima del ejercicio anterior, que estuvo marcado por los expedientes temporales de regulación de empleo y los aplazamientos para poder hacer frente a la pandemia.

El resto de tributos del Estado sufrieron un descenso en relación a las cifras de un año antes, con una incidencia relevante en los impuestos especiales, que registraron un dato negativo en 25,9 millones de euros. Y tampoco se salvó de esa desaceleración el Impuesto sobre la Renta de los no Residentes, que apenas alcanzó unos ingresos de 8,4 millones de euros, con un importante descenso del 23% respecto a 2020. Por lo que se refiere al Impuesto sobre Tráfico Exterior, permitió unos ingresos al Estado de 9,1 millones de euros en Castilla y León, lo que supone una bajada en relación al año anterior, de casi tres puntos, según las cifras oficiales.