“El día en que no tengamos ilusión, que nos dediquemos únicamente a sacar adelante la asamblea y la procesión será el momento de dar un paso atrás y que vengan otros”. José Ignacio Calvo Bartolomé es uno de los dos candidatos que este sábado optan a la presidencia de Jesús Nazareno, la mayor cofradía de Zamora, en su caso para repetir en el cargo.

–¿Qué balance hace de su primer mandato al frente de la hermandad?

–El compromiso que nos marcamos en estos cinco años se ha cumplido, sólo queda pendiente la coronación de la Virgen de la Soledad y la modificación de la Reverencia. La pandemia nos ha paralizado bastante porque no nos podíamos reunir por las restricciones del coronavirus ni realizar actividades con los niños. El balance de este periodo ha sido bueno. Con el esfuerzo de todos hemos dejado saneada la cofradía: cuando me hice cargo de ella había un caos económico impresionante, que ahora hemos superado y se ha convertido en un superávit.

–¿Por qué optan por seguir cobrando las cuotas aunque no saliera la procesión por la pandemia?

–La cofradía tiene unos gastos anuales fijos y ha de contar un remanente para cualquier imprevisto. Pagamos por pertenecer a una cofradía, no por salir en la procesión. Ningún ayuntamiento ha tenido fiestas y no por eso ha bajado los impuestos. El dinero de las cuotas se ha reinvertido en el patrimonio o en quitar la hipoteca del local. De tal forma que ahora mismo la cofradía está libre de cargas. Ha sido un esfuerzo importante de los hermanos que va a revertir en ellos de alguna manera, por ejemplo, como proponemos en nuestro programa, con el cambio de medallón a coste cero.

Hemos conseguido pagar todo lo que se debía del local y no tenemos hipotecas

–¿Cuándo toca el cambio de medallón?

–Para 2024, dentro de dos años. El cambio de medallón se solía aprovechar para financiar a la cofradía, porque se cobraba más caro de lo que costaba. El último costó 25 euros, un precio desmesurado. Ahora lo haremos sin coste para hermanos y damas.

–Proponen el cambio de la Reverencia. ¿Cómo sería?

–Faltan flecos y si no es este año que viene será el próximo cuando recuperemos la antigua Reverencia, que es con la Virgen de la Soledad en la confluencia de Amargura con Tres Cruces y los pasos pasando y haciendo la Reverencia. Hace un desfile más vistoso y está en la línea de recuperar elementos de hace unos lustros: San Torcuato, la Reverencia antigua y la entrada en el Museo por la plaza Viriato.

–¿Cómo está la Coronación de la Soledad?

–Con don Gregorio lo teníamos pensado para 2021, pero se paralizó por la pandemia y el fallecimiento del anterior obispo. Ahora lo retomaremos con el actual, don Fernando. Es un acto que engrandece más la figura de la Soledad y vamos a por ello.

En el conocido como conflicto del Cinco de Copas actuamos como debíamos

–¿Qué actuaciones se han seguido con respecto al patrimonio?. ¿Se han ocultado actuaciones a la asamblea?

–Todo se ha hecho con conocimiento de la asamblea y un estricto control. El patrimonio estaba muy olvidado y lo que estamos haciendo es devolverle la vida que tenía cuando salían por primera vez en la procesión. Hay que tener bien controlado y vigilado el patrimonio, para actuar con pequeñas intervenciones cuando se observe algo, no como ahora que hacen falta grandes intervenciones con un coste mucho más elevado. Esperamos al convenio de Simancas firmado con la Junta Pro Semana Santa, aunque suele aplicarlo más en imágenes de una sola figura que en grupos importantes, de varias figuras, como los nuestros. Lo único que se ha hecho sin comunicar a la asamblea es la restauración de Camino del Calvario, que estamos en ello, pero porque fue una intervención de urgencia. Cuando hemos desmontado la mesa, los banzos estaban como si fueran un hormiguero a cuenta de los xilófagos. Eso es un riesgo para el patrimonio y para las personas, porque se puede quebrar el banzo.

–¿Es posible sacar Redención a hombros?

–Llevamos tres años trabajando y faltan detalles, pero en un par de años se podrá presentar el proyecto a la asamblea para que de su visto bueno. Es un proyecto muy bonito que los semanasanteros se han podido imaginar alguna vez. Marino Benlliure lo pensó para la carga a hombros. La estampa de Redención a hombros por las calles de Zamora debe ser impresionante.

– Ya venían de asambleas movidas y ustedes también han tenido conflictos, el más gordo el de la pelea por el conocido como caso del Cinco de Copas, que acabó con expulsados incluso. ¿Actuó bien su directiva en este caso?.

–Las cuatro asambleas que hemos tenido han discurrido con mucho debate, pero modélicas, salvo algún caso aislado, como al que usted se refiere. Pasó lo que pasó, se tomaron medidas, creemos que cada uno llevó su sanción dependiendo de la responsabilidad en esos hechos. Para un presidente es difícil tomar ciertas decisiones, pero en ese momento tienes que actuar y creo que lo hicimos de la mejor manera posible. El asunto está en el Obispado, y lo que decida lo acataremos sin ningún problema.

El día en que nos dediquemos solo a la asamblea y la procesión será el momento de irnos

–¿Tenían un proyecto de Obra Social con implicación de los hermanos que al final se truncó con la pandemia?

–La obra social era estática, sin vida, y la hemos activado y enfocado de una manera activa y viva, sin olvidar a los hermanos y damas que lo están pasando mal, un aspecto que hay que llevar con mucha discreción, sin darle publicidad, lo que no quiere decir que nos hayamos olvidado de los hermanos y damas. Dentro de la obra social ha entrado sobre lo que se ha hecho con los niños de la cofradía, potenciando su vinculación con la hermandad, porque dentro de unos años son el relevo generacional que necesitamos urgentemente. Y hemos ayudado a distintas asociaciones de Zamora porque la cofradía es una parte activa de la sociedad zamorana por el número de miembros que somos. Azayca, Parálisis Cerebral o Alzhéimer son asociaciones a las que gustosamente hemos echado una mano no solo con aportación dineraria, sino con un trabajo y un esfuerzo en organizar actos para recaudar fondos. No nos limitamos a dar un cheque a una parroquia, que también, sino que intentamos colaborar activamente con la unidad de acción pastoral de El Buen Pastor. De esta manera creo que podemos aportar mayor ayuda a los hermanos y la sociedad en general.

–¿Qué le motiva a presentarse de nuevo a las elecciones?

–Quiero repetir porque tengo la misma ilusión que hace cinco años, esa fuerza y esas ganas de trabajar por esta cofradía las tengo intactas. Lo que he dicho siempre a la junta directiva es que tengan en cuenta una cosa: que en cuanto perdamos el interés, cuando perdamos esa fuerza y esa ilusión por trabajar y esas ganas, nos debemos ir. Porque creemos que si sólo nos preocupan las asambleas y las procesiones, sobramos, tenemos que dar un paso atrás, que venga otra persona y que suba un peldaño más a la cofradía. Si nosotros nos quedamos por años sin ganas, lo que hemos hecho se va a venir abajo y lo que hemos de hacer es dar un paso atrás y que venga esa persona que suba un peldaño a la cofradía. Para mi eso es primordial, pase un año, pase dos o pase cinco. En cuanto vea que yo o la junta directiva perdemos esa ilusión, se acabó.