“Seguimos pensando que es un despropósito culparnos de todo”, sentencia Óscar Somoza, presidente de la Asociación Zamorana de Empresarios Hosteleros (Azehos). Tras conocer la prórroga de las restricciones impuestas por la Junta hasta el próximo 30 de agosto, los hosteleros no entienden por qué siguen siendo los principales señalados cuando se está demostrando que los contagios no se producen en sus locales.

Lista de las restricciones en Castilla y León (incluida Zamora) que se prorrogan hasta el 30 de agosto.

“El principal foco de contagios son los grupos familiares o grupos incontrolados en playas, riberas o en el campo después de que se cierran los bares. Lo que todos conocemos como botellones y está prohibido. Los datos que tenemos y las investigaciones de los rastreadores concuerdan en que se producen ahí. Por eso, seguimos sin entenderlo, independientemente de que el Gobierno se ampare en que está siendo una buena campaña”, explica Somoza.

Los establecimientos que pueden abrir están comenzando a recuperar sus pérdidas gracias a la campaña veraniega. Sin embargo, las restricciones mantienen cerrados a muchos locales de ocio nocturno que se dedican a los eventos o pequeños bares que solo cuentan con una barra para consumir.

Desde Azehos se exige una solución para estos empresarios a los que no solo se les restringe la apertura, sino que también se les priva de cualquier tipo de compensación. “Les están dando restricciones, pero no soluciones compensatorias”, recrimina el presidente.

“Hay una desprotección absoluta, independientemente de que se cuestiones la viabilidad o necesidad de las medidas”, acusa Somoza. La asociación de hosteleros cree que la Junta está haciendo todo lo posible para no perjudicar más al sector suficientemente “sangrado” y consideran que ha sacado un montón de medidas favorables. Sin embargo, se achaca al Gobierno central la falta de acciones o el entendimiento con las autonomías.

Se sigue prohibiendo sin compensar, ese es el problema. Las medidas compensatorias del Gobierno parece que no querían nada más que llegar a grupos hosteleros de la costa, o esa era la impresión. Entonces, la pequeña hostelería de interior está absolutamente desprotegida y abandonada”.

La solución definitiva a la restricción de horario era el toque de queda nocturno. Sin embargo, el Gobierno se negó a ello ofreciendo otro tipo de alternativas para controlarlo. “Vamos a darle herramientas a las autonomías para que se pueda restringir, pero no tengan la medida disuasoria de que luego no se produzcan reuniones multitudinarias a partir de ciertas horas. Esto no depende de la Junta, el Gobierno tiene completamente bloqueada su actuación. Porque uno puede cerrar su local, pero no puede prohibir el libre tránsito nocturno. El problema sigue estando ahí”, critican desde Azehos.

Además, a las restricciones de horarios y aforos se une la subida en el precio de la luz, que lleva marcando nuevos máximos durante toda la semana.

Nos están friendo a impuestos. Nosotros en pleno verano no podemos ahorrar en aire acondicionado o apagar las cámaras porque teneos que servir bebidas frías. Las máquinas de hielo consumen. Si fuera invierno lo podríamos sacar a la calle y desenchufábamos las cámaras, pero no tenemos otra opción. Este es otro problema muy grave para el sector que se une a los que llevamos acumulando. Todo son palos, esto no tiene ningún sentido”.

Con el otoño avistando ya el horizonte y un invierno “peligrosísimo”, los hosteleros temen no recibir ayudas compensatorias reales y aseguran que ellos son los principales interesados en que el país se recupere cuanto antes de esta crisis sanitaria.