El aumento de la esperanza de vida ha dejado obsoleto el actual sistema de atención a los mayores y exige cambios profundos en la respuesta social al reto del envejecimiento para pasar a considerarlo como lo que es, un éxito en lugar de un problema. Este enfoque está animando a la Junta de Castilla y León y a las entidades privadas a profundizar el modelos que ahonde en la autonomía personal y en la diferenciación de las necesidades de un colectivo, el de la Tercera Edad, que abarca un abanico de edades muy heterogéneo (no es lo mismo una persona de 65 años que una de 85) y cada vez más numeroso, con un horizonte de un tercio de la población encuadrado en esta edad.

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Son conclusiones de la Jornada "Esperanza Longeva. Mayores independientes, organizada ayer por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA en el salón de actos del Campus Viriato, con el patrocinio de la Junta de Castilla y León que atrajo a cuatro ponentes de nivel implicados en el desarrollo de este nuevo enfoque del envejecimiento.

Abrió la Jornada Marisol López, directora del periódico, que habló de la jubilación como etapa de plenitud, no de decadencia y dijo que "Zamora reúne condiciones suficientes para convertirse en banco de pruebas de esta nueva sociedad que emerge".

La consejera de Familia, la zamorana Isabel Blanco Llamas señaló, en la inauguración que a Junta ya se está aplicando en estas nuevas políticas en pro del envejecimiento activo. Acto seguido comenzaron las ponencias, con la intervención de Óscar González, director de la Fundación General de la Universidad de Salamanca, que habló de la experiencia piloto que ha comenzado a desarrollarse en Zamora, la gerontóloga Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares para la autonomía personal, el arquitecto Miguel Ángel Mira, presidente de la Asociación Jubilares y Jaime Moreno, portavoz de la Cooperativa Trabensol de Madrid. Los tres últimos protagonizaron la mesa redonda de clausura, moderada por Marisol López.