El tramo de alta velocidad ferroviaria (Pedralba de la Pradería) retrasa su puesta en servicio hasta final de año, según las previsiones de ADIF que publica la prensa gallega. Y eso si se solventan las dificultades que están apareciendo para las pruebas previas, debido sobre todo a la ausencia del tren laboratorio Séneca, que se encuentra en labores de mantenimiento y no podrá utilizarse hasta el mes de septiembre.

Fue en enero cuando comenzaron los ensayos con los trenes auscultadores, concretamente el modelo Talgo BT, que volvió el pasado mes de junio, que realizó "pruebas de auscultación internas tanto geométricas como dinámicas de vía y catenaria", ya con ambas en posición definitiva. Faltan las auscultaciones ultrasónicas y con el sistema de seguridad ASFA, que son previas a las pruebas del sistema más moderno, el ERTMS, el más avanzado que existe, y que permite velocidades de explotación de los trenes de 300 kilómetros por hora.

Estas pruebas, según indicaron las mencionadas fuentes de la prensa gallega son las que se están viendo dificultadas por la falta del tren Séneca, que está siendo sometido a una revisión a fondo en Valladolid. Las pruebas del tren laboratorio son básicas para poder homologar la línea en circulaciones de 300 kilómetros por hora, para lo cual se exige por normativa pruebas reales a 330 kilómetros por hora. De alcanzarse esas velocidades, el tramo entre Olmedo y Pedralba sería el más rápido de todo el AVE entre Galicia y Madrid, y posibilitará un ahorro de tiempo de 50 minutos en el tiempo de viaje entre ambas comunidades y también, aunque más moderado, en los trayectos entre Zamora y la capital de España, no sólo porque se tardaría menos en el trayecto hasta Olmedo sino también porque se suprimiría el tiempo de varios minutos necesario para pasar del sistema de seguridad ASFA al ERTMS a la altura de Medina del Campo.

La línea de Olmedo a Pedralba de la Pradería tiene instalado el sistema de seguridad más moderno que existe, en ERTMS nivel 2, más avanzado que el nivel 1 y que permite velocidades de hasta 300 kilómetros hora. Las pruebas para el ensayo comenzarán en septiembre y probablemente se prolongarán durante todo el otoño, siempre según las fuentes de ADIF que cita la prensa gallega, y afectarán tanto al tramo entre Madrid y Olmedo (que tiene ERTMS nivel 1, para circulaciones a 250 kilómetros hora) como el Olmedo Zamora (que funciona con un sistema más antiguo, el ASFA, que permite los 200 kilómetros hora) y Zamora-Pedralba (que se estrena con el ERTMS más avanzado).

El periodo de pruebas no es un trámite más, sino un importante y complejo proceso de gestión que debe adaptarse además a las nuevas directivas comunitarias y de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, de tal forma que se puede prolongar el tiempo, como el año y medio que transcurrió antes de abrirse la línea de Granada. En este caso la experiencia acumulada puede facilitar las cosas y acortar plazos.

En todo caso hay operaciones que siguen en marcha y que de hecho, dejan a la línea en disposición de entrar en servicio en breve plazo si es que decidiera abrirse con el sistema antiguo de seguridad, el ASFA (es decir, con una velocidad máxima de 200 kilómetros por hora). La prensa gallega indica que recientemente han acabado ya las pruebas de concordancia de los enclavamientos (circuitos de vía, señales y sistema ASFA) en todo el tramo Zamora Pedralba y tan solo quedaría un escape en Otero de Bodas y un desvío en La Hiniesta.

En definitiva, el AVE podrá circular a velocidades máximas de 350 kilómetros hora desde los túneles de San Pedro, en Madrid hasta Porto de Sanabria, cuando esté finalizada toda la línea. Esto supondría que los viajeros gallegos se pondrían en tres horas en Madrid, y que el viaje desde Zamora a la capital de España se reduciría a menos de una hora.