Cuarenta y nueve festivales -uno non nato, el cuarenta-, desde 1971, varios de ellos organizados por La Peña Cultural Flamenca Amigos del Cante - a partir 2004 de forma ininterrumpida- y con un permanente desfile de las primeras figuras del universal arte, especialmente en cuanto a cantaores y guitarristas se refiere, sin que el baile le vaya a la zaga. Zamora, de esta forma, se convierte en la capital de provincia con el festival más longevo del orbe. Además de ser, con las dos ferias -ajos y cerámica- las señas de identidad de estas fiestas patronales en torno a un patrón, que no lo es oficialmente de nuestra ciudad.

También La Peña está de celebración, cuarenta y cinco añitos -cuatro menos que El Festival- reconocimientos y laureles fuera y dentro de nuestra provincia, en el 2014 fue La Diputación en los VI Premios Tierras de Zamora, en la categoría Patrimonio Cultural y, ahora, lo hace La Fundación Caja Rural en sus Premios Anuales, también en el apartado Premio de La Cultura. Galardones que llenan de orgullo a esta venerable entidad cultural, pero que también suponen un importante acicate para continuar en la brega y mejora diaria en favor de este excepcional y maravilloso arte genuinamente hispano. Añadir que Caja Rural, la única entidad de ahorro que tiene Zamora, premia a la asociación -y esta agradece profundamente- eso sí de forma más prosaica, durante todo el año en forma de arrimos publicitarios, como es el caso de este magno Festival.

Centrándome en el contenido del mismo, recordar que será hoy, a las veintidós horas -se retrasará ligeramente por mor de los toros- en La Plaza de La Catedral, siendo presentado por Celedonio Pérez. ¡Las mujeres primero!

Esperanza Fernández, nace y se forma para el arte en Triana, en un fructífero y rebosante ambiente flamenco familiar, disponiendo de diversos modelos referenciales, empezando por su padre, Curro Fernández y continuando por sus hermanos Paco, guitarrista y Joselito, bailaor. Versátil, de voz rotundamente flamenca, conocimiento del cante y sobrada experiencia escénica. Sin ningún género de dudas, se trata de una de las primerísimas figuras actuales en el cante de mujer. Estará acompañada por el alma pura de la sensibilidad con la bajañí, Miguel Ángel Cortés.

La murciana Cynthia Cano, exhibe facultades físicas y mentales, gracia, donosura, expresión, temperamento y dominio escénico, derrochándolos a raudales en cada una de sus abundantes actuaciones por toda la geografía patria. A este maravilloso torbellino murciano, convertida ya en figura indiscutible, le queda todavía mucho margen de crecimiento, tenida en cuenta su juventud, su enorme disposición para el trabajo, el aprendizaje y la creatividad en las etéreas formas.

Y quedan los varones. José Cortés Jiménez, Pansequito para el arte. En 1974 se le otorgó un premio con la denominación A la Creatividad, el único concedido hasta la fecha, en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Ahí empieza su fulgurante carrera artística sin apagarse hasta el presente. Es excepcional por la mayoría de los palos que interpreta, pero donde ciertamente alcanza el cenit es en los cantes por soleá, tangos y bulerías. Su alter ego con la sonanta será Miguel Salado.

Por último, y no por ello de menor importancia, tenemos a Juanito Villar. Poseedor de un peculiar y flamenco eco, conocedor como nadie de los aires de La Tacita y un particular sentido del compás. Estará acompañado por su fiel y sempiterno escudero, Pedro Jero, con el que forma una dupla de las históricamente más gitanas y flamencas que hayan existido.

Edición con ingredientes más que de sobra para ser paladeados en el monumental entorno de La Plaza de La Catedral, en una noche que, según todas las previsiones, será apacible y venturosa.