Los embalses y pantanos de la provincia de Zamora han sido capaces de soportar uno de los inviernos más secos del último siglo y a día de hoy tienen unas reservas similares a las que había el año pasado por estas mismas fechas, cuando la provincia sumaba ya varias semanas de lluvias, intensas en muchos casos.

Los datos del Ministerio indican que Zamora tiene unas reservas de agua de 1.097 hectómetros cúbicos. Es el 62% del total, una cantidad similar a los 1.187 hectómetros cúbicos registrados en la misma semana de 2018. La cuestión es que la tendencia de entonces era claramente ascendente mientras que ahora sucede todo lo contrario. La mala noticia es que Zamora está por debajo de lo que es habitual por estas fechas. La media de los diez últimos años indica que los pantanos y embalses de la provincia suelen tener al finalizar el mes de marzo unas reservas de agua de 1.300 hectómetros cúbicos, las tres cuartas partes de lo que están preparados para almacenar.

Con 652 hectómetros cúbicos de agua almacenados, el embalse de Ricobayo es el que más agua acumula. El alrededor de la mitad de lo que podría tener y una cantidad similar a la del año pasado. Valparaíso acumula 157 hectómetros cúbicos (tiene capacidad para 169) y Cernadilla, que podría albergar 255, cuenta con 144 hectómetros cúbicos.

Así las cosas, las reservas de agua para el futuro más inmediato están ya garantizadas, aunque tiene que llover. La situación es todavía mejor que la del año 2017, pero la curva que muestran las estadísticas es bastante similar. Lo habitual es que a partir de abril las reservas de agua comiencen a bajar y que toquen mínimos a lo largo del verano. Este año no ha llovido y, si no lo hace durante la primavera, no hay razón para pensar que no pueda suceder lo que pasó en 2017, cuando la sequía fue importante e incluso se puso sobre la mesa la posibilidad de restringir el consumo humano en diferentes puntos de la provincia.

Por lo que refiere a la campaña de riego de 2019, al igual que ocurrió el año pasado, la CHD, en aquellos sistemas donde la dotación disponible en marzo pueda ser insuficiente para garantizar el desarrollo de una campaña normal, por si las circunstancias climatológicas de la primavera permitieran incrementar dicha dotación por hectárea, informan desde Agronews Castilla y León.

Aunque la situación cuantitativa es buena ahora mismo, la presidenta de la entidad de cuenca confió en que se produzca una primavera lluviosa. A ello hay que sumar la nieve que hay acumulada, con lo que confirmó que la campaña de riego está asegurada.

Cristina Danés, reconoció además que la reducción de las aportaciones hidrológicas, no en todos los casos ligadas a los descensos de precipitaciones, son "una realidad". Añadió que si se comparan los aportes anuales en los embalses en los años con registros es posible apreciar que hay "una tendencia a la reducción importante" de hasta casi el 30% en la capacidad de embalse desde que hay registros disponibles, en 1991.

En el caso de los sistemas de Carrión, Bajo Duero y Adaja, la dotación definitiva dependerá de la evolución de la primavera, aunque la situación en la cuenca del año 2018/2019 es mucho más favorable que la del año hidrológico 2017/2018, confirman desde la Confederación Hidrográfica del Duero vistos los datos de las reservas de agua actuales.