No solo han sido los últimos días, aún invierno pero con un tiempo más propio de la primavera. Febrero ha sido también un mes inusualmente cálido, y enero no ha destacado precisamente por ser un periodo frío. Un repaso a las efemérides meteorológicas es suficiente para comprobar que los datos históricos sobre los días de más frío suelen datar de hace décadas mientras que los récords de calor se han roto hace meses, igual que sucede, también a la baja, con la cantidad de precipitaciones. El invierno, sin ir más lejos, ha sido un cincuenta por ciento más seco de lo que es habitual por estas tierras. Es decir, el cambio climático existe, es un hecho y sus efectos ya se notan. Y lo que es peor, la situación no tiene visos de mejorar en un futuro próximo.

No son muchos los organismos e instituciones que aportan datos concretos sobre el calentamiento climático. Uno de los pocos en hacerlo es el Observatorio de la Sostenibilidad, que elabora una serie de estadísticas que son realmente preocupantes. Por ejemplo. La temperatura media en la ciudad de Zamora ha aumentado 1,3 grados centígrados en los últimos 92 años, desde que hay datos. En el lustro que va de 1926 a 1931, las estadísticas más antiguas que existen, la provincia registró una temperatura media de 12,8 grados. En el último lustro, entre 2014 y 2019, el mercurio ha marcado una media de 14,1 grados. La diferencia, de 1,3, muestra que el calentamiento global también afecta a la capital zamorana.

Podría ser peor, cierto. En Ciudad Real la temperatura media ha subido en 3,6 grados, una auténtica barbaridad. En Cuenta, dos grados y medio, lo mismo que en Madrid.

En este escenario es obligado preguntarse qué sucederá en los próximos años. Según la misma fuente, el Observatorio de la Sostenibilidad, la situación empeorará. En Zamora el mercurio subirá, como media, entre 2,7 y 2,9 grados centígrados de ahora a 2050. Es decir, en los próximos treinta años la subida será el doble de la registrada en los últimos 90. En un escenario como este los objetivos pasan porque la temperatura no aumente por encima de un grado y medio. Todo indica que Zamora estará cerca de duplicar esa cifra.

La Mancha se convertirá en la nueva sartén de España, situación que compartirá con Extremadura, las provincias del sur de Castilla y León, Madrid, Jaén y Córdoba. En caso de no reducirse el actual ritmo de emisiones atmosféricas el incremento será mayor en las áreas más interiores del país, "con máximos en el área que se extiende por el sistema central, donde la temperatura no bajará de los tres grados de incremento", asegura el informe sobre previsiones climáticas.

El organismo autor del estudio anima a tomar medidas drásticas para evitar esta situación, aunque a día de hoy parece que el rumbo es invariable. Si las cosas siguen como ahora España alcanzará la subida de temperaturas que se prevía para todo el siglo a medio camino, en el 2050. "Entre 2016 y 2017 España aumentó sus emisiones un 4,4%, lo que señala que no se ha producido una descarbonización de su economía", dice el informe apoyándose en datos oficiales.

Y, en medio de este escenario de más calor, llega la ausencia de lluvias. Es un hecho que ahora llueve menos de lo que llovía hace años. Los embalses y pantanos atraviesan ciclos de sequía cada vez más acusados y más seguidos y los ríos bajan sus niveles. Según los mismos datos, la cantidad de lluvia recogida en la provincia en 2050 podría equivaler a la mitad de lo que hoy en día es habitual, una situación que invita a reflexionar seriamente.